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lunes, 11 de mayo de 2015

Noche.

En la oscuridad escucho los llantos,
los gritos, el miedo.
Escucho en el fuego la furia, la sangre,
los latidos, el ajetreo.
Me paro en el mundo, como siempre,
pensando en lo perdido,
En todo aquello por encontrar
o por ir reviviendo.
El profundo caos, dentro de cada pequeña alma.
Cada gota de sangre que poco a poco se derrama.
Y fue el silencio el que me despertó
y el mundo...
Sigue girando, se sigue moviendo,
sigue cambiando.
Y sigue muriendo.
Me pregunto en el silencio qué
es lo que le lleva a seguir,
por qué se empeña la vida en...
Bueno, en vivir.
Y el silencio me responde gritando,
el miedo me responde
mientras algo dentro de mi
se va rompiendo con cada respuesta.
No importa que el día de mañana no estés,
no importa.  Nada.
Puede que creas que quien completa tu vida es,
para ti, irreemplazable, irrepetible, que es el pilar de tu mundo...
Pero para el resto no es mas que polvo,
polvo que se consume,
polvo que tarde o temprano acabara desapareciendo.

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