Vistas de página en total

miércoles, 26 de julio de 2023

Trenes

Estoy otra vez hecha mil sentimientos confusos y deformes. Y todo el mundo me dice que tenga cuidado, que no vuelva a ser yo. Todo el mundo me ve venir de lejos y saben que haría todo por aquellas personas que quiero. Y no quieren que vuelvan a hacerme daño como tantas otras veces ha ocurrido. Estoy aquí y sé que no tengo nada que tener, porque me repito de nuevo que no hay nada, que solo somos amigas y que todo va a ir bien.
Y una parte de mi mente me recuerda que las amigas también me han abandonado cuando las necesitaba dejándome echa trizas en un lado de mi camino. Y da miedo implicarse de nuevo con una persona, cuidarla, y que de repente decida que no soy suficiente o que soy demasiado intensa y vuelva a desaparecer como tantas veces ha pasado ya. El abandono da muchísimo miedo, pero al mismo tiempo sé que no soy una persona que deje sola a sus amigas cuando la necesitan. Aunque me dé miedo que eso se vuelva en mi contra.
Peleo con ese miedo y sigo adelante porque quiero ser la buena persona que dicen que soy. Quiero cuidar a quiénes me han cuidado. Quiero pelear un poquito más a ver si esta vez sí soy suficiente para alguien más y no se cansan de mi intensidad. Al mismo tiempo que me repito que no es lo que todo el mundo piensa, porque no hay nada más que una amistad. Temiendo autoengañarme solo porque tengo que seguir. Veo venir la hostia de lejos pero a la vez no me importa. Sufro en silencio las cosas que me duelen y sigo como si no pasara nada. Cómo si todo fuera bien. Pero hace mucho tiempo que yo no estoy bien. Hace mucho que perdí la cuenta de las veces que quise desaparecer. Hace demasiado que no entiendo ni yo cómo sigo en pie. Una decepción más no me matará, ¿No?