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viernes, 26 de febrero de 2016

Mira Como Vuelo.

Me paro en el camino de mi vida como tantas otras veces, que manía tengo con pararme. Así no vamos a llegar nunca a ninguna parte. Pero me paro. Lo necesito de nuevo, me doy cuenta de que no me queda demasiado de quién fui, quizás algunos pensamientos que tal vez nunca desaparezcan, pero ya no soy la misma ni de lejos. No. Hace mucho tiempo que se fue aquella pequeña inocente que creía en las personas, aquella pequeña de ojos azules como el mar, que tenía ese brillo en la mirada de quién no conoce la maldad, ese brillo que me quitó la experiencia. Porque a estas alturas ya he aprendido que no son errores, que son cosas que tenía que pasar para que madurara y me hiciera la mujer que soy hoy. Muchas veces me han dicho que se sienten imbéciles o inocentes o me han pedido consejos y, desde hace relativamente poco, siempre aconsejo lo mismo: Sé feliz. Cuando las canas cubran tu pelo te vas a arrepentir mil veces más de lo que no has hecho que de aquellos errores. Sí, esos que te parecen tan sumamente horribles. Pero es que eres humano (supongo), te equivocas, es parte de nuestra naturaleza y es parte de ser quienes somos.
Porque lo que hago hoy me enseña a vivir mañana. Me enseña un camino diferente por el que transitar sin miedo a equivocarme, no al menos en el mismo punto donde me equivoqué otras veces. Me enseña el sentido de mis actos, de mis sonrisas, de mis lágrimas. Me enseña que no está todo perdido. Que aún queda mucho juego por delante y que aún me queda mucho que apostar. Porque soy yo. Una cabezona con una sonrisa en los labios que nunca se rinde. Y nunca se rendirá.

martes, 16 de febrero de 2016

Dama Oscura

Con ella el silencio se vuelve ruido,
sonidos palpitantes cargados de sentido,
palabras superpuestas maquilladas
de poesía silenciada.

Sus labios son la primavera,
en ellos encuentras el cielo y la tierra,
los pájaros trinan contentos y todo por
ella.

Sus ojos son el espejo de su alma,
el espejo de la mayor calma,
del deseo hecho carne, una dama
sin nombre que me viste la mente
de ternura y calentura vibrante.

Sus cabellos, que dibujan mil ideas,
que brotan en contacto con su cabeza,
me acarician el rostro mientras
abrazo su cuerpo desmadejado, descuidado.

Mi pequeña princesa.
Mi inspiración y mi tormenta.
Mi pensamiento y mi condena.
Mi muerte que me calienta.