Vistas de página en total

lunes, 14 de agosto de 2023

Rupturas.

Otra noche acordándome de ella,
de todas ellas en realidad.
Recordando cada error, cada falla.
Gritándome una vez más
que el problema siempre seré yo.

Que no soy suficiente, que soy un error,
que no debería intentarlo, que lo deje mejor.
Que todo lo que sueño, no va a ser.
Que aquello que anhelo nunca seré.
Y otra noche en vela, queriéndola tener.

Y sé que lo que anhelo no es más 
que un recuerdo de lo que fuimos
y de lo que podríamos haber sido.
Que no existe, que no es real.
Pero aquí estoy llorandole a la almohada
por alguien que ya me olvidó.

Y es que estoy cansada de ser prescindible,
de ser siempre la última opción.
Estoy agotada de no poder soñar
con mi familia perfecta, con ser más que dos.

Odio esta sensación apuntalando mi cabeza,
gritándome que me conforme con lo que tengo,
que me rinda a la monogamia e ignore nuestros deseos.
Pero es que él no es algo con lo que me tenga que conformar.
Él es mi luna, que ilumina mi oscuridad.

Creía haber encontrado el sol,
pero volé demasiado cerca y mis alas
se convirtieron en carbón.
Confié en un sueño, una ilusión
que simplemente nunca existió.

Y aún con todas las veces que ha salido mal,
no dejo de querer estar, intentar
ser la familia que siempre he querido crear.
Dejar atrás el pasado y encontrar a alguien
que me ilumine los días y me haga soñar.