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martes, 13 de agosto de 2013

Always.

Cada noche se sentaba en su mesa de estudio y escribía todo lo acontecido en el día, todas las cosas vividas. Después, como cada noche, repasaba su vida en un intento por no olvidar a aquellos que quería, en un intento por aferrarse a su vida, mientras esta se le escapaba lentamente entre sus finos dedos, entre miles de recuerdos que se iban borrando cada día.
De repente entró él en el cuarto, nunca era capaz de recordar su nombre, pero sabía perfectamente que había vivido muchas cosas con aquel hombre arrugado de ojos profundos y verdes, esos ojos que siempre la encantaban como un hechizo indestructible.
"Debí de sentir eso la primera vez que le vi, nunca más podría desengancharme de esos ojos..." Pensó ella clavando sus ojos en él como siempre hacía.
-Alex, soy Alex. ¿Recuerdas?
-Lo único que no recordaba era tu nombre. Pero de ti jamás conseguiré olvidarme, y menos si entras con semejantes ojazos.- Dijo ella con un nudo en la garganta, sin saber por qué tenía allí esas ganas de llorar.
-Eso espero, cariño, sino te leeré cada una de esas líneas para que recuerdes todo lo que has hecho pro mi, todo lo que me has demostrado en estos años, todo lo feliz que he sido gracias a ti, todo lo que hemos hecho juntos... Todo por lo que sigo viviendo.- Dijo él con muchas ganas de abrazarla, besarla y hacerla suya, aunque ya lo era.
-Cariño, ¿Cómo puedes ser tan fuerte de quererme incluso cuando olvido hasta tu nombre? ¿Cómo eres capaz de soportar el dolor de ver a la persona que amas olvidar quienes son nuestras propias hijas?
-Tú misma lo has dicho: Porque te amo.Y no podría ser de otra forma, mi princesa, porque tú eres lo que en su día me dio un por qué existir, una razón para seguir a delante sin mirar atrás, sin volver a tener miedo.- Dijo él con sus ojos encharcados en lágrimas. -¿Has terminado de escribir lo de hoy?-
-Sí, pero ahora tengo que leer lo de los días anteriores. ¿Te quedas conmigo recordando los buenos tiempos?- Dijo ella sonriendo de la única forma que sabía: Gracias a él.
-Todos los momentos son buenos, siempre que sean a tu lado. Y claro que me quedo recordando contigo, para que sepas que siempre estaré aquí, por mucho que olvides mi nombre o cualquier otra cosa. Porque te amo, mi niña.- Dijo él, mientras se le escapaba un lagrimilla.
-Yo también te amo, mi vida.- Dijo ella besándolo, algo que no hacía desde que empezó a olvidar.

jueves, 1 de agosto de 2013

De Noche, Frente a la Luna.

Un segundo princesa, para un segundo ese corazón acelerado, para un segundo esos pensamientos atropellados, esas ganas locas de romper con toda la rutina que un día te rompería la esperanza en mil pedazos, para un segundo tu vida, porque no volverás a vivirla. Todo lo que está pasando hoy, mañana será parte del pasado. Serán puros recuerdos con los que soportar el miedo a la muerte de todo aquello que un día te dio razones para aferrarte a la vida. 
Pruebas por todos lados, contradicciones que te llevan a dudar de ti, de los tuyos, que te llevan a dudar de tu realismo, aunque tú sabes perfectamente que eres real y a la vez tienes miedo de serlo.
Me siento tan rara. Recuerdo tan bien cómo pensaba antes y me pregunto qué ha cambiado... Y no lo consigo descifrar. Algo dentro de mi dio un vuelvo y no ha vuelto a ser lo mismo, ¿mi cerebro dejó que todo lo que me pasó lo cambiara por completo? ¿Mis sueños por fin tomaron el poder de mi cuerpo? ¿Caí en la rutina y me cansé de intentar ser perfecta por un mundo imperfecto? 
No sé, solo sé que ahora, después de tanto desasosiego, soy feliz. Aunque me ha costado serlo. Diréis que miento, que nadie puede ser feliz por completo, que nadie es capaz de estar siempre sonriendo. Y tendréis toda la razón, no estoy feliz todo el tiempo, pero de pronto me paro a pensar y me doy cuenta de que tengo a las mejores personas a mi lado, de que me he ganado a pulso lo que soy y lo que la gente ve en mi, me he ganado a pulso mi felicidad. La pagué a base de lágrimas y ganas de morir.
Fui fuerte, y eso fue lo que se me ha recompensado, el no rendirme a pesar de todo lo que me estaba pasando, de todo el miedo, de todo el silencio, de todo el dolor... De ser fuerte, en contra de todo lo que un día pensaron que sería. Puede que en su momento pareciera que no había salida, que todo iba de mal en peor, pero la salida se cruzó ante mi muchas veces hasta que supe verla, hasta que estuve preparada para afrontarla.