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domingo, 25 de noviembre de 2012

Perfume

Me mira fijamente a los ojos, yo esbozo una fina sonrisa y me pongo colorada. Viene un frío airecillo golpeando mi rostro con tu perfume... ¿De dónde viene ese olor? Tú estás demasiado lejos y yo solo deseó ir donde quiera que estés a abrazarte. Sin más. Te echo de menos, cada segundo que estás lejos de mi, pero me aguanto. No me queda otra. Ojalá estuvieras aquí, abrazándome, haciendo que el frío no atenace mi corazón. Haciendo que este sentimiento de añoranza desaparezca de mi corazón, estoy harta de echarte de menos cuando estás a solamente una hora, sesenta minutos, 3600 segundos de mi. Nada más y no puedo abrazarte, me siento boba, por no poder estar junto a ti cuando estás tan cerca... Y a la vez tan lejos. Quiero que estés a mi lado, me da igual el resto del mundo, solo quiero abrazarte para que desaparezca todo lo que está a mi al rededor, que ya no me importa nada más. Otra vez tu perfume con un escalofrío que recorre mi cuerpo en un solo segundo, en un solo suspiro vuelvo a querer a mirarte a los ojos y que me beses y me abraces por la espalda mientras me dices que me quieres. Dios, como echo de menos tus brazos rodeando mi cuerpo por la espalda, como echo de menos tu voz desde detrás de mi. Y eso que estuve hace bien poco entre tus brazos, pero no es suficiente, quiero despertarme y verte allí, acostarme y que me des un beso de "buenas noches", que me beses cuando despierte entre tus brazos y me abraces muy fuerte si me ves triste.
Siento unos brazos rodeando mi cuerpo y mi acompañante sonríe, sonríe y yo me giro.Veo tus ojos verdes, mirándome, ¿qué haces allí? Me da igual, corro a abrazarte mientras sonrío lo más fuerte que puedo. Necesitaba estar a tu lado otra vez y por fin lo he conseguido, con toda las ganas de besarte que tengo, con todas las ganas de estar contigo que me ahogan el corazón. Realizo todo lo que imagino, te beso, te abrazo, te digo al oído que te quiero y me pregunto por qué estás allí. Me respondes sin necesidad de que pregunte, me echabas demasiado de menos como para esperar a que puedas verme. Necesitas estar conmigo todo el tiempo y yo sonrío, porque era lo que quería escucharte decir.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Un solo Segundo.

La noche despuntaba por detrás de aquella colina, con la luna llena brillando sobre las aguas de aquel frío acantilado, con los pulmones llenos de aire salado que se exhala como último respiro, antes de saltar... Dejando todo mi dolor de lado, pero hoy no. Hoy no iba allí a saltar, no iba para acabar con todo, iba a crear un nuevo comienzo, distinto, perfecto, ideal y sincero. Un nuevo comienzo que esperaba que cambiara todos los finales tristes que se habían labrado con desconfianza y dolor, muchísimo dolor. Noches enteras llorando sobre las almohadas mojadas de por sí, porque la noche anterior ya había estado llorando... Porque cada noche la luna trataba de secarte las lágrimas sin lograr nada. 
No sabía muy bien que iba a hacer aquel crepúsculo, no sabía muy bien si todo me iba a salir bien, no tenía ni idea de lo que pasaría, solo sabía que era lo correcto, que tenía que luchar por conseguir todo aquello por lo que llevaba llorando tantos años, tanta vida le quedaba como pétalos se detienen al caer sobre el suelo frío. Demasiada vida, demasiada para permanecer sola, sin amor. Sin ni una sola gota del perfume de la vida: Una mezcla de calor humano y besos desperdigados en un tiempo ya lejano que tarde o temprano recurriría a volver a besarla, que volvería. En algún punto del camino la muchacha se perdía, entre el cruce de la soledad el del amor sin sinceridad, siempre elegía lo más sencillo, lo más humano, lo más equivocado, pero lo que cualquiera hubiera elegido. No podía seguir fingiendo que quería aquello que no merecía el tiempo que ella le había regalado, no, no se merecía ni siquiera las noches en vela sin parar de llorar por él. No se merecía ni una sola de esas gotas saladas que resbalaban por sus mejillas. 
No puede más, el frío y la desesperación se posan sobre sus gélidos pulmones y absorben toda la alegría con que la noche había comenzado... No, no podía más, si seguía así acabaría por rendirse y lanzarse acantilado abajo. Sin mirar ni un segundo hacia el pasado alegre... Ese quedaba tan lejos que no creía que lo volviera a ver nunca, no creía que jamás sintiera de nuevo que era feliz... No podía ni creer que la luna estuviera ya escondiéndose por detrás de aquella montaña, no podía ser, llevaba allí tanto tiempo ya que la piel parecía esconderse del frío. Cogió su teléfono, las cinco de la madrugada, no podía ser, él debía estar allí hace dos horas. Marcó, rápido, sin pararse mucho a pensar. Ese teléfono se lo conocía perfectamente.
-¿Amiend? ¿Dónde estás?- Dijo ella intentando contener esas lágrimas que acusaban sus ojos...
-Lejos.- Respondió la voz del muchacho que no pretendía acudir en el rescate de aquella chiquilla.
-¿No habíamos quedado hoy en el acantilado a las tres?- Dijo ella intentando que él no se diera cuanta de que derramaba muchas lágrimas desde hacía bien poco.
-Sí, pero no puedo ir.-Dijo él.
-¿Por qué? ¿Y por qué no me has avisado?- Dijo ella ya sin importarle nada, sin ni siquiera impedir gimotear. 
-Porque no puedo decirte lo que siento, no me parece elegante demostrar todos mis sentimientos.- Dice él haciendo que la chiquilla llore con más fuerza.
- La vida no es elegante, si no la muerte pediría permiso en lugar de llegar sin avisar y hacerte desaparecer, en lugar de borrarte del mapa sin mediar ni un solo sonido entre ambas partes, mudas, sin sentido.- Dice ella, llorando, intentando que él entienda todas sus palabras. Acaba dándose cuenta de que él ha colgado, que no le queda nada que hacer por allí. Decide cambiar el comienzo, el final y todo lo que queda por el camino que une ambos puntos. Decide acabar con todo. Allí, sin más, sin miedo. 
Se pone a la orilla del acantilado, con la mirada puesta en la luna que comienza su descenso por le cielo.
Pasos, detrás de ella oye fuertes y rápidos pasos. No quiere girarse, esperará hasta que aquella persona que corre en la madrugada se pierda entre la maleza antes de saltar.
-Por favor, dime que no vas a hacer semejante gilipollez por mi, dime que no vas a dejar el mundo sin tu belleza y tu forma de ver la realidad solo por que yo haya sido un completo idiota y casi te haya perdido. Por favor, no seas boba y ven a abrazarme, aunque no tengas demasiadas ganas.- Oye la chiquilla tras de sí. Sabe perfectamente quién la habla, sabe perfectamente quién está detrás de ella. No es la persona que la colgó, es por el que lleva llorando tanto tiempo, por el que ya no le quedan fuerzas. 
-Si te crees que es por ti, estás equivocado, hace tiempo que me olvidé de que existías.-Dice ella mientras las lágrimas le suplican al orgullo que corra al encuentro de la persona a la que ama. 
-De acuerdo, pero no lo hagas, por favor.- Dice él.
-No pretendo hacerlo, no si hay alguien delante. No quiero que nadie me recuerde, si me ves morir me recordarás.- Dice ella, las lágrimas ya ahogan las pupilas de ambos, ya no se oyen más que sus sollozos. 
Pasos, oye unos pasos tras de sí. Ve su sombra, siente su mano. Se ha puesto a su lado, en la orilla de aquel acantilado y la ha cogido de la mano. Ella desea besarle, él desea salvarla de sí misma. Se alejan suavemente de la orilla, se abrazan, se besan, sienten el calor de sus brazos, no sienten soledad, ahora se tienen el uno al otro.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Mantente.

Mantente fuerte,
aunque no te queden fuerzas.
Mantente feliz,
aunque no lo seas.
Mantente libre,
aunque te quiten tu libertad.
Mantente enamorado,
aunque no creas en el amor.
Mantente con energía,
aunque lo desgastes todo en llorar.
Mantente perfecto,
aunque realmente no lo seas.
Mantente auténtico,
como realmente eres.
Mantente con una sonrisa,
aunque luego te duermas mientras lloras.
Mantente añorándole,
aunque esté a tu lado, amándote.
Mantente respirando,
excepto cuando te deje sin aliento.
Mantente pensando en el futuro,
sin detenerte en el dolor del pasado.
Mantente vivo,
aunque no tengas ganas de estarlo.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Saber Tantas Cosas y Esconderlas en el Recuerdo.

Saber que no estás solo... Es un sentimiento que no tiene precio, una sensación que significa una sonrisa inmediata y unas ganas tremendas de lanzarte a los brazos de la persona que te hace feliz. Porque sí, porque es él o ella la que te hace levantarte cada día sonriendo, porque es esa persona que te demuestra que te quiere y que tú estás dispuesto a querer para siempre. Esa persona que te sonríe y te hace llorar de pura alegría a su lado todos los días de tu vida, esa persona que te querrá siempre más que ayer y menos que mañana, esa persona que te hará feliz y que te apoyará en los días en los que te falten las fuerzas, en los días grises será tu abrigo y en los días oscuros tu luz para iluminar el camino.
Saber que no necesitas un tiempo para aclarar tus ideas, que por fin ves algo claro, por fin sabes que lo que haces está bien y que no necesitas volver a lamentarte por una mala decisión porque lo estás haciendo realmente bien. Estás siendo feliz y eso es lo que importa.
Saber que estás en el camino que tienes que seguir, que por fin el destino es claro contigo, por fin todo cobra sentido, por fin nada parece esconderse de ti, por fin la verdad queda al descubierto y por fin estás tranquilo, porque sabes que todo lo que sientes es cierto.
Saber que no tienes miedo... Bueno, saber que no tienes por qué tenerlo. Aunque lo tengas, no te hace falta, ya no. Ahora todo lo que necesitas es sonreír, a su lado, con sus ojos fijos en los tuyos, con su boca cerca de tus labios y su aliento reflejando tu respiración. Con las ganas de besarle en la garganta y la sensación de que lo vas a acabar haciendo, qué más da, no será la primera vez que lo haces. Pero tampoco la última. Por que eres feliz a su lado, por fin. Ya no lloras cuando nadie te ve, ya no te sientes desgraciado y tampoco crees que nadie te querrá nunca, porque ahora te quieren y te prometen miles de "para siempre" que tienen intención de cumplir. Y sigues caminando, hacia adelante, con una sonrisa en la cara y tus manos temblorosas aferradas a sus manos. Con las lágrimas puestas lejos de tus pupilas que rebosan estas queriendo escapar, pero que, aunque tengas miedo, no van a derramarse. Por que estás segura, estás tranquila. A su lado.

Saber lo que quieres: Pasar el resto de tu existencia a su lado. Pasar todas las noches que te queden abrazado a esa persona y todos los días viendo sus ojos y su gratificante sonrisa. Pasar cada segundo de tu vida amando a esa persona que está en tus pensamientos en estos momentos, porque lo necesitas, porque es el motor de tu vida... Es el motor que te mantiene con vida, el aliento que respiras, los latidos que imitas... Esa persona significa la diferencia entre ser tú y no saber quién eres.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Ya son Dos Meses, Felices.

A lo mejor te das cuenta de que llevo un tiempo siendo feliz, a lo mejor te das cuenta de que llevo un tiempo escribiendo cosas que demuestran que por fin soy feliz, puede que lleves un tiempo observando como he ido cambiando mi forma de ver el mundo, siempre a mejor, siempre resistente y con potencial. Pero lo que no sabes es que tú eres la razón, que cuando estoy a tu lado solo me sale sonreír, que cuando estoy abrazada a ti no siento que la vida no merece la pena, que cuando me besas el mundo desaparece en un suspiro, que cuando me dices "Te quiero" el resto de las palabras que escuche de la boca del resto del universo me dan igual. Estoy loca y lo sabes, y también sabes que es culpa tuya por quererme cada día más que ayer y menos que mañana. Por demostrarme lo especial que soy para ti y lo feliz que me vas a hacer todos los días, solo con sonreírme y besarme. Y tú cambias cada instante mi mundo, todos mis mundos. Tú eres esos latidos acelerados que escucho cuando me siento sola, tú eres esos pensamientos que me vienen a la mente cuando alguien me pregunta por qué soy feliz, por qué sonrío hasta cuando la gente me machaca. Yo simplemente sonrío y pienso en tus preciosos ojos perfectos, verdes, que me sonríen desde donde quieras que estés. Me encantas, por si no lo habías notado, te adoro, te amo, te quiero, te espero, te busco y, por suerte, te encuentro. Por que eres el único que saca todo lo bueno de mí, porque vas demostrarme todo lo bueno que hay en ti. Por que no sé como respirar si no es de tu aliento. No puedo vivir sin ti, a partir de este instante te lo dejo escrito, no puedo seguir si no sé que estás junto a mi. Eres esto que me vuelvo una ñoña de mucho cuidado, porque ahora tengo a alguien al que decirle que le quiero de las formas que se me ocurran, de todas las maneras diferentes que pueda, de mil maneras y colores, con una sonrisa y sin ella. Me encanta poder decirte todo lo que pienso y quiero porque sé que estás aquí, apoyando a esta miedica que lucha por seguir con su vida, es decir, contigo. Llamarte de mil formas distintas y que todas lleven impreso el sentimiento más fuerte de este mundo, un "Te quiero." Claro, conciso y cierto.
Sabes que lucharé contra quién sea para seguir pudiendo decir un millón de veces, de un millón de formas y colores los "Te quiero" que pueda.  Te quiero, I love you, Je te adore... No sé más idiomas, pero te lo diría en todas las lenguas que conociera si con eso me lo crees todo, por que es verdad. Por que te quiero. No te vayas nunca, nunca me sueltes, te necesito para respirar.