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domingo, 11 de febrero de 2024

Café

Se hace de noche en nuestra cama, la comida empieza a hacerse en la cocina mientras hacemos pereza y él cocina. Entonces me preguntas si quiero ducharme contigo y acepto sin dudar ni un solo segundo. Y no solo porque quiera ver una vez más ese cuerpo desnudo y mojado. Si no porque me duele absolutamente todo y me vendrá bien el agua caliente en la espalda.
Entramos en la ducha, me besas y me enciendo. Noto tu respiración entrecortada mientras descienden mis manos por tu espalda hasta reencontrarse con tu culo y apretarlo con fiereza. Te acerco más a mi cuerpo. Nos besamos durante lo que me parece un paraíso, hasta que llaman a la puerta del baño para decirnos que está casi lista la cena y que dejemos de meternos mano.
-¿Por qué no apagas la sartén o lo que sea y te metes aquí con nosotras?- Dices con esa sonrisa pícara que tanto me gusta, mientras te muerdo el cuello. Me sientas en la silla de la ducha y me pones tu vulva en la cara para callarme. Comienzas a moverte mientras sujetas con fuerza mi pelo y él nos mira embobado desde la puerta. Te siento derretirte en mi boca y gemir hasta encorvarte hacia atrás. En ese momento él ya no lo soporta más y va a apagar la cena. Creo que se viene segundo asalto pero yo estoy demasiado entretenida con tu cuerpo para detenerme a pensar en nada más.
Él entra y disfrutamos de la ducha más larga que hemos tomado en años. Entre gemidos, respiraciones entrecortadas, mordiscos y azotes. De repente se hace la calma, seguimos lavandonos y él sale a ver cuán fría se ha quedado la cena. Ella y yo nos quedamos lavándonos suavemente.
En ese momento vuelve a sentarme en la silla y me besa suavemente los labios, coge el champú y comienza a lavarme el pelo. Con suavidad, con la ternura que solo tienen sus manos. Veo como me lava tranquilamente el pelo, me aclara con suavidad y nos abrazamos. Siento todo el calor que hemos disfrutado multiplicado por mil, transformado en esa ternura de cuidarme cuando sabe que estoy cansada. Sentir como me cuidan sin sentir que es una molestia cuidarme.
Me siento la mujer más afortunada del  mundo, con esta diosa a mi lado y aquel dios haciéndonos la comida en la cocina. Todo reducido a nuestro microcosmos doméstico en el que no tenemos que tener miedo, porque somos capaces de demostrarnos cada día que nos queremos.

martes, 30 de enero de 2024

Vida.

Hace un tiempo que pienso
en la enorme suerte que tengo.
Hace un tiempo que trato
de escribir todo lo que siento.
Parece que por fin se ha iniciado
una vida que pensé que había finalizado,
un sueño lúcido que me hace sonreír,
vivir, reír, cantar, bailar, disfrutar...
Una vida que siempre quise a su lado
con todo lo que eso implica,
tanto lo bueno, como todo lo malo.
Porque no me da miedo cuidar
de aquellas personas que me han cuidado.
No temo los demonios 
de las personas a quienes amo.

Cuidar para mí es lo más importante
en un mundo donde la promesa de cuidar
se esfuma en un solo instante.
Dónde prima la individualidad asesina
que nos deja vulnerables ante la violencia
de un sistema que nos quiere muertas.
Pero elles me cuidan, de muchas formas
que jamás creí que mereciera.
Elles me hacen ver que soy una persona válida,
que merezco ser cuidada y amada,
que todos mis traumas se quedaron
en un pasado que no quiero seguir recordando.

Me cojo de sus manos y me sonríen
haciéndome sentir segura de lo que quiero
a estas dos personas con quiénes
tengo planificado nuestro futuro.
Con quiénes tengo una familia elegida
formada de muchas más personas maravillosas
que nos cuidamos mutuamente.
Y quiero seguir creciendo con elles,
quiero seguir creando ese futuro que soñamos
les tres en nuestra cama gigante dándonos
mimos hasta que el amanecer se cuele
por los puntitos de la persiana 
que hemos olvidado cerrar.

domingo, 7 de enero de 2024

Menos miedo y más amor

El miedo ya no es tanto,
porque me das la confianza,
los cuidados, el cariño y el abrazo
que siempre he estado necesitando.
Puede que tenga inseguridad,
que haya días que se me atragantan.
Pero tú eres capaz de cuidar
todo el mundo que soy y liberar
a esta niña de toda su mochila emocional.

Permitirme apoyarme en ti,
sin miedo a contarte todo lo que soy,
sin miedo a contarte de mí.
No tener que huyas de mí, 
porque quieres estar conmigo
y me lo dices así.
Porque no tengo que adivinar lo que sientes,
porque puedo hablar de todo y no me mientes.

Me siento segura aunque a veces sienta inseguridad.
Suena a paradoja, pero es mi realidad,
porque por mucha inseguridad que sienta,
sé que te la puedo contar y no me vas a juzgar.
No vas a huir por mis demonios ni me vas a hacer sentir mal.
Me cuidas y buscamos juntes formas de hacer que todo vaya bien.

Y por eso te quiero y por eso estoy aquí escribiéndote de nuevo.
Porque adoro sentir que puedo confiar en ti
y no tener miedo de que vayas a huir.
Que me quieres y no es todo una fachada por cumplir.
Que estamos juntes en esto, somos un equipo
para hacernos la vida más fácil juntes.
Porque eres el Sol que ilumina mis días 
y yo quiero seguir siendo 
las estrellas que te acompañan.

jueves, 7 de diciembre de 2023

Sol y Luna

Ahora mismo me siento muy plena. Muy tranquila tras la guerra que se ha vivido hace unas horas en nuestra cama. Siento todo y siento paz. Me doy cuenta de lo muchísimo que amo a estas dos personitas porque todo a su alrededor parece cobrar sentido. Porque su calor se transforma en el mío. Porque sus alientos me dan la vida que me suele faltar. Quiero pasar mi vida sintiéndome exactamente así de plena, así de completa.
Y parece extraño pensar que elles me han completado, es un pensamiento muy monógamo. Pero la realidad es que no es que me hayan completado. Han completado la familia con la que siempre he soñado. Han cumplido una de mis mayores metas y uno de mis mayores miedos de que no se cumpliera. Por eso me siento tan sumamente agradecida. Tan plena. Tan llena de la vida que compartimos. Me siento en paz con todo lo que una vez me prometí.
Cuando salí de mi episodio depresivo más duro, me prometí que viviría la vida más maravillosa que pudiera vivir. Que me vengaría de toda la gente que me hizo y hace daño, siendo feliz. Que todo "merecería la pena" porque el destino debía compensarme todo el sufrimiento. ¡Y joder si lo ha compensado! Tengo a las personas más maravillosas a mi lado. No tengo miedo de decir que estoy insegura o que me he angustiado por algún motivo. Y siempre, siempre, luchan contra mis demonios demostrándome que me aman tanto como yo a elles. Me siento en calma por primera vez en... Décadas. No estoy luchando cada día contra mis demonios, porque a veces puedo simplemente centrarme en disfrutar de mi familia elegida y descansar. Y me ha costado mucho trabajo llegar hasta aquí, me ha costado muchísimo esfuerzo crear los espacios que necesitaba para sentirme a salvo. Y aún seguimos trabajando en nuestra trieja para que sea lo más segura y feliz posible para todes.

Pero cuándo la veo sonreír, el sol me deslumbra de cara. Y cuando él me mira con lujuria, parece que sus ojos se oscurezcan como una noche sin luna.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

2-11-3

Quiero envejecer contigo.
Simplemente quiero eso, 
estar nosotres tres y ser vuestro abrigo.
(Ya que os encanta usarme de calefacción)

Quiero que algún día una manita pequeña,
que ha salido de dentro de ella,
nos mire a les tres desde sus brazos y morir
de todo el amor que siento por nuestra familia.

Quiero que nuestro futuro no esté escrito,
pero lo escribamos en cada abrazo y
en esos besos que me dais sin esperarlo.
Quiero nuestro futuro.

Quiero que todas las cosas con las que hemos soñado,
se vayan haciendo realidad a vuestro lado.
Quiero nuestra casa con la cama enorme para dormir juntes.
Quiero todo y que me disfrutéis.

Hoy han pasado 744 horas desde que decidimos
que nos merecíamos este reinicio.
Y soy feliz con mi decisión, con nuestro destino.
Quiero que forméis conmigo la vida que siempre nos merecimos.

domingo, 22 de octubre de 2023

Dolor y ansiedad

Otra noche en vela tratando de organizar mi cabeza y que deje de torturarme sin sentido. Todo va bien y mi cabeza solo hace que boicotearme para que piense que va mal. Para que me agobie sin motivo y esté aquí, agotada y dolorida, pero sin poder dormir. Inmóvil. Sin poder si quiera hacerme el skincare para centrar mi cabeza en mí un ratito. Sin poder ducharme porque el dolor es apabullante y no me quedan fuerzas. Y sé que me sostengo gracias a las manos que me acompañan y me hacen la vida más fácil. Pero hay días que es todo demasiado, que no me soporto a mí misma y no soporto pensar que todo va mal cuando no tengo motivos. Cuando la parte racional de mi cabeza me grita que no tiene sentido. Que no tengo sentido.

Y ella me sonríe, y me calma un poco esta ansiedad desbocada. Y él me abraza y me detengo a acariciar su pijama suavecito. Y entonces por un momento todo está en calma. Nada importa si les tengo conmigo, son la roca que me ancla a mí realidad y no permite a mi cabeza divagar sobre cosas que no han ocurrido (ni ocurrirán). O sobre cosas que pasaron hace mucho tiempo y que hoy ya no importan. Repasar cada "fallo" de mi vida es una tortura. Y sólo consigo parar cuando estoy en mi pequeño oasis, en mi hogar. Cuando simplemente me dejo cuidar y no me boicoteo.
Pero esta noche se me hace cuesta arriba no boicotearme, no odiarme, no pensar que todo lo hago mal. Que soy una inútil y que es imposible que me quieran. Aunque la realidad esté delante de mis ojos y nada me diga que se vayan a alejar de mí. Da igual, esta noche la ansiedad puede con la parte racional y yo solo quiero dormir con ella mientras me abraza dormida y escucho como respira acatarrada. Quiero oler su aroma y no pensar en todos los recuerdos que me juzgan. Quiero descansar a su lado, dejando que sea mi toma a tierra, pero hoy simplemente es complicado.

miércoles, 18 de octubre de 2023

Solecito.

Miro sus ojos y me quedo anonadada pensando en la conexión,

en la ternura que encierra la profundidad de su pupila,

en las ganas que tengo de simplemente empaparme de su calor.

en la esperanza que me da sentirme tan amada,


Siento su tacto suave en contacto con mi mano, acariciando todo

lo que deseo tener, todo lo que deseo saborear con mis labios.

Y me prendo por dentro hasta sentir que no puedo refrenar,

las ganas que tengo de que me provoques mientras me haces callar


Y me descubro besando sus labios con fierreza mientras noto 

como me besan sus labios por todo el cuello y el fuego

brota de mi piel, brota de cada respiración acelerada

que me lleva a devorar cada segundo que así soy amada


Provocarnos, mordernos y acariciarnos hasta llegar al orgasmo,

descansar abarazades en la cama sin querer que eso acabe,

y despertarme cada noche sin saber dónde empiezas tú

y donde acabo yo o él, aquí en nuestra pequeña tempestad.



domingo, 8 de octubre de 2023

Esperanza.

Otra vez, otra vez, otra vez.
Resuenan esas palabras en mi cabeza y solo me pregunto si hice bien.
Pero es que es tan... todo, caos, paz, sostén.

Y otra vez estoy aquí, con el corazón latiendo por ella, queriéndole.
Soñando con nuestra vida perfecta en la que seamos una vez más, tres.
Luchando contra las dudas, el miedo, la incertidumbre y el pasado que cambié.

Queriendo que todo vuelva a estar en calma, que todo salga bien.
Calmando a mi corazón desbocado que quiere correr otra vez
a sus brazos, a nuestro futuro, a lo que siempre debió ser.

Mil voces en mi cabeza me dicen que todo se puede torcer,
que soy una ilusa y que alguien como ella no me puede querer.
Que a mí no, que yo no, que no soy suficiente y solo le quiere a él.

Pero me sonríe y me tiemblan las piernas que me sostienen
a duras penas, corro a besarla y noto como sonríe contra mí piel.
Me muero de amor y por un momento todo vuelve a estar bien.

Pero los pensamientos intrusivos siempre me acompañan y le temen.
Tienen miedo de lo que fue y lo que sufrí y lo que dolió y lo que podría ser.
Pero mi esperanza es más fuerte y corro de nuevo hacia ella y él.

Corro a tener la vida que siempre he querido tener.
Y si de nuevo me rompen en mil trocitos, de seguro me recompondré.
Lo he hecho mil veces, por aquí cerca el mapa de mis cicatrices debo tener.

viernes, 22 de septiembre de 2023

Capacitismo

Hoy me quema la rabia en el pecho y no sé cómo sacarla de mí. No sé cómo dejar de sentir estas ganas de llorar sin conseguir que brote ni una puñetera lágrima. De nuevo estoy pasando por procesos médicos e institucionales relacionados con mi discapacidad y es que es agotador. El sistema está pensado para atropellarnos y dejarnos a las marginadas en absoluta soledad, sin ayuda, sin nada. Dejarnos a la deriva sin un apoyo mínimo al que agarrarnos mientras sentimos que todo se nos desmorona debajo de nuestros pies. Y hoy la depresión está más fuerte. Hoy he pensado en que todo sería más fácil si acabara. Pero al lado tenía a Álex que me ha dicho "Eso es lo que quieren, y no vas a dejar que ganen". Él sabe exactamente qué decirme para avivar el fuego que emana de mi garganta y que quieren sofocar. No voy a pararme aquí, no voy a rendirme por mucho que me apetecería hacerlo. Necesito descansar, sí. Necesito parar el aluvión de pensamientos intrusivos que me vienen a la mente y compartir mi tiempo con gente que quiero. Reír y dejar de tener ganas de llorar. Y me refugio en mis redes de cuidados, que son varias, luchando por seguir adelante aunque no quiera. Y pienso en todos mis proyectos y no me da la puñetera gana de morir sin ver todos mis sueños cumplidos. Y créeme, voy a cumplirlos uno por uno. No pienso permitir otra vez que el capitalismo me haga rendirme, no quiero. La vida me atropella pero no pienso dejarle pasarme por encima. Soy fuerte, y no ha sido lo malo lo que ha hecho que lo sea, han sido las manos que me han sostenido cuando me fallaba la fuerza. Puedo con esto aunque hoy no pueda, y está bien hoy estar triste, frustrada, con ganas de mandarlo todo a la mierda. Tengo derecho a sentirme mal, no tengo por qué ser perfecta. Me merezco fallar y que alguien me sostenga, no siempre ser la que pelea contra la tormenta.
Todo esto sería menos horrible si el puñetero sistema fuera destruido y creáramos de sus cenizas una sociedad basada en los cuidados. Todo esto sería mejor en un sistema dónde la salud y el sistema sanitario no tuviera que ser rentable, que solamente tuviera que dar servicio a las personas que lo necesitamos. Todo sería más fácil si la seguridad social diera auténtica seguridad en lugar de primar unas condiciones por encima de otras y dejarnos a las de siempre abocadas a la nada. No puedo pelear sola contra este monstruo que nos devora. Necesito crear comunidad y pelear juntas.

lunes, 14 de agosto de 2023

Rupturas.

Otra noche acordándome de ella,
de todas ellas en realidad.
Recordando cada error, cada falla.
Gritándome una vez más
que el problema siempre seré yo.

Que no soy suficiente, que soy un error,
que no debería intentarlo, que lo deje mejor.
Que todo lo que sueño, no va a ser.
Que aquello que anhelo nunca seré.
Y otra noche en vela, queriéndola tener.

Y sé que lo que anhelo no es más 
que un recuerdo de lo que fuimos
y de lo que podríamos haber sido.
Que no existe, que no es real.
Pero aquí estoy llorandole a la almohada
por alguien que ya me olvidó.

Y es que estoy cansada de ser prescindible,
de ser siempre la última opción.
Estoy agotada de no poder soñar
con mi familia perfecta, con ser más que dos.

Odio esta sensación apuntalando mi cabeza,
gritándome que me conforme con lo que tengo,
que me rinda a la monogamia e ignore nuestros deseos.
Pero es que él no es algo con lo que me tenga que conformar.
Él es mi luna, que ilumina mi oscuridad.

Creía haber encontrado el sol,
pero volé demasiado cerca y mis alas
se convirtieron en carbón.
Confié en un sueño, una ilusión
que simplemente nunca existió.

Y aún con todas las veces que ha salido mal,
no dejo de querer estar, intentar
ser la familia que siempre he querido crear.
Dejar atrás el pasado y encontrar a alguien
que me ilumine los días y me haga soñar.

miércoles, 26 de julio de 2023

Trenes

Estoy otra vez hecha mil sentimientos confusos y deformes. Y todo el mundo me dice que tenga cuidado, que no vuelva a ser yo. Todo el mundo me ve venir de lejos y saben que haría todo por aquellas personas que quiero. Y no quieren que vuelvan a hacerme daño como tantas otras veces ha ocurrido. Estoy aquí y sé que no tengo nada que tener, porque me repito de nuevo que no hay nada, que solo somos amigas y que todo va a ir bien.
Y una parte de mi mente me recuerda que las amigas también me han abandonado cuando las necesitaba dejándome echa trizas en un lado de mi camino. Y da miedo implicarse de nuevo con una persona, cuidarla, y que de repente decida que no soy suficiente o que soy demasiado intensa y vuelva a desaparecer como tantas veces ha pasado ya. El abandono da muchísimo miedo, pero al mismo tiempo sé que no soy una persona que deje sola a sus amigas cuando la necesitan. Aunque me dé miedo que eso se vuelva en mi contra.
Peleo con ese miedo y sigo adelante porque quiero ser la buena persona que dicen que soy. Quiero cuidar a quiénes me han cuidado. Quiero pelear un poquito más a ver si esta vez sí soy suficiente para alguien más y no se cansan de mi intensidad. Al mismo tiempo que me repito que no es lo que todo el mundo piensa, porque no hay nada más que una amistad. Temiendo autoengañarme solo porque tengo que seguir. Veo venir la hostia de lejos pero a la vez no me importa. Sufro en silencio las cosas que me duelen y sigo como si no pasara nada. Cómo si todo fuera bien. Pero hace mucho tiempo que yo no estoy bien. Hace mucho que perdí la cuenta de las veces que quise desaparecer. Hace demasiado que no entiendo ni yo cómo sigo en pie. Una decepción más no me matará, ¿No?

martes, 30 de mayo de 2023

Para ti, que no me lees.

Dije que no iba a volver a pasar. Que se había acabado las noches en vela porque alguien me hiciese daño. Que no iba a dejar que me destruyeran y que iba a poder con todo.
Parecía que había llegado la persona correcta, que alguien más tenía el mismo nivel de compromiso que yo, que quería las mismas cosas. Pero no.
Cuando todo se puso difícil, simplemente desapareció y me mintió a la cara haciéndome sentir que la culpa era mía.
Para después hacer todo lo que dijo que no haría. Para después dejarme aquí con insomnio, otro brote de dolor y unas ganas locas de acabar con todo.
Sin embargo esta vez algo sí ha sido distinto, porque he confiado en quiénes tenía cerca a tiempo, no he dejado que me arrastrara la tormenta para pedir ayuda y no me he sentido sola. Ni un solo momento he sentido que todo el mundo me odia. Sí siento otro millón de cosas horribles pero sé que tengo a mi lado gente que me quiere.
Y eso es un avance aunque esté triste. Es un avance aunque las noches sean duras y quiera desaparecer. Es algo bueno no sentir que todo se acaba aquí. Merezco que me quieran y merezco que lo hagan bien, tal y cómo él lo hace.
Y todas las canciones que me hiciste escribir, te las dedico, mi amor.

sábado, 20 de mayo de 2023

Intersexualidad

Me miro en el espejo y no me reconozco,

han cambiado muchas cosas en mí,

no soy la misma desde que

llegaste hasta aquí.

No soy la misma que inició el viaje

ni quiero volver a ser esa niñata

ingenua que no sabía ni quién era.


Recorro mis pliegues buscando la cremallera

que me devuelva a la realidad que veo

en mi cabeza y que no es real.

Recorro mis taras y aquello que me dijeron

que no era correcto que estuviera ahí

y que yo transformé en parte de mí

transformé en mi bandera y en

mi orgullo amarillo y morado.


Aunque aún cueste reconocerse en todas

estas diferencias que me componen, desde la barba hasta mis tatuajes.

Desde las cicatrices que marcan mi piel, hasta la tormenta de estrías que llueve sobre mi tripa.

Desde el vello que me “sobra” en tantos lugares y el pelo de mi cabeza que me falta y que me cuesta mirar.

He cambiado mucho desde que llegué a la vida, desde que mi vida se abrió en canal.

Han cambiado muchas más cosas desde que intento aceptar que mis lorzas son más que una talla que cambiar.

Han cambiado muchas más cosas desde que dieron explicación al miedo y al dolor.

Desde que alguien me dijo que la que estaba rota, la que era errónea, no era yo.


lunes, 17 de abril de 2023

Instante.

Y es que me quedaría simplemente en ese instante. Detenides en el tiempo, para siempre. Mi mano derecha acariciando su brazo, su cabeza sobre la espalda de ella. Ella recostada sobre mi pecho y agarrada con una mano a la mano que me queda libre y con la otra a la mano de él. Yo bebiendo de su olor, que empapa todo a mi alrededor. Sintiéndome la persona más afortunada del mundo y queriendo quedarme ahí. Que nada más importe, solo nosotres tres.
Pensar en el tacto de sus pieles, sentir la respiración de cada cual en mi piel. Notarnos sedientos de bebernos en cada beso. Que cada vez que me miren se me pare el corazón. Son todo lo que siempre quise y no me siento merecedora de tantísimo amor. Pero cada día me lo dan y me hacen sentir que eso no importe, porque importan elles más que yo. Que todos mis miedos se esfumen y sentirme confiada de saber que soy parte de esto y siempre lo seré. Que suerte tengo, ojalá detener el tiempo solo para nosotres tres.

viernes, 14 de abril de 2023

Un buen comienzo.

Ya me conocéis, siempre escribo sobre todos esos sentimientos que se me amontonan en la garganta y no puedo dejar salir. Por eso me cuesta escribir sobre lo que estoy viviendo ahora: porque nadie me impide decir con todas las letras que estoy enamorada. Nadie me hace sentir mal por ser intensa, por dar "demasiado", por querer apresurarme a nombrar lo que tenemos y gritarlo a los cuatro vientos. Nadie me hace sentir insegura de que me quieren. Y eso es al mismo tiempo un avance maravilloso.
Hacía muchísimo tiempo que no me hacían sentir tan cómoda, feliz y comprendida como ahora mismo. Y puede que seamos distintas, pero juntas nos complementamos, acompañamos y cuidamos. Y puede que aún estemos planeando y planificando cómo vivir nuestra nueva vida a tres, pero me lo estoy pasando en grande descubriendo cómo hacerlo. Porque mis compas de viaje son dos personas maravillosas que han logrado que esta loca intensa se sienta segura. Y mira que me cuesta sentirme segura cuando tengo tantísimos traumas.
Sí, sigo pensando en todas aquellas cosas que he vivido y me han dolido. Y sí, siguen influyendo en cómo me relaciono. Me trago mucho mis miedos hasta que ella me sonríe y me dice justo lo que necesitaba oír para que desaparezcan de un plumazo. Porque he (re)encontrado a una persona que me entiende en mi locura y me da ese lenguaje del amor que tanta falta me hacía. Y él sigue siendo parte de nuestra vida, es mi certeza más antigua, pero ahora no es la única. Porque igual que siempre me imaginé mi vida con él, ahora no se me ocurre mejor futuro que nosotres tres.
Y puede que sea complicado, que tengamos muchísimas cosas que aprender, pero lo hacemos de la mano sin temer equivocarnos. Sin tener miedo a que desaparezca eso que tenemos y que nos hace tantísimo bien. Tenía muchas ganas de tener mi familia soñada, de formar esa constelación que me defina con mis certezas. Y por fin, después de tantísimas turbulencias, ha llegado a mi vida el sol que le faltaba a mi luna.
Soy una ñoña, lo sé, puede que mañana no me atreva a enseñarle esto a ella. Pero hoy quiero dejar constancia de todos estos sentimientos que me permiten ser feliz ahora mismo. Quiero compartir, entre tantas cosas tristes, un trocito de mi felicidad. Mi oasis en medio del capitalismo asesino.

martes, 4 de abril de 2023

La Reina 💙

Y como suele ocurrir, todo pasa por algo.
Cuando te conocí, solo pasaste de largo.
No nos paramos a coincidir en el espacio,
continuamos nuestras historias sin pensarlo.
Y han pasado mil vidas y aquí estamos
mirándonos a los ojos de la otra
creyendo morir de amor mientras nos acariciamos.
Deleitándonos en cada caricia, retando a las dudas y al miedo.

Eres la reina que buscaba para llenar mi vida,
de rosas, tulipanes y lilas.
De mil experiencias que quiero compartir
que quiero vivir de tu mano y de la suya.
Quiero escribirte mis poemas sin que la vocecilla
me diga que te van a parecer una mierda aburrida
sin que me impidan ser la intensidad que quieres en tu vida.
Sentirme la diosa que sé que soy, afortunada
a la vez de compartirme con otra diosa igual de poderosa.

Luchar contra tus demonios, pelear contra aquello que ose dañarte,
mientras tú haces lo mismo en nuestro pequeño universo, acompañarme.
Mientras él nos cuida a ambas, nos brinda su amor,
mientras somos tres en esta casa que nunca esperó 
cumplir aquel deseo que tantas veces esta niña soñó.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Rebelión Púrpura



Cuentan las historias que en las ciudades existe un horrible rito de paso para las doncellas con el don de la adivinación. Aquellas bendecidas con el don de ver el futuro, son cegadas al llegar a la mayoría de edad y convertirse en parte del oráculo. Con esto quieren que no puedan salir jamás del templo, que jamás dejen de servir a la diosa correspondiente y que dediquen su vida a adivinar los diversos futuros de todas aquellas personas que tengan suficiente dinero o favores para pagarlo. No me imagino lo que debe de ser que tu propia gente sea capaz de dejarte ciega para poder explotarte como bola de cristal. Cualquier niña escondería su don con tal de conservar los ojos...
Pero es que esa es la peor parte de todo, no lo ocultan porque desde pequeñas las enseñan que es un gran honor servir a los dioses y ser agredidas por tus propios familiares para que no puedas escapar. Es algo que jamás entenderé, pero es que los reptiles no entendemos los códigos de conducta humana. Las gorgonas vivimos en los bosques, en akelarres de gorgonas que cuidamos unas de otras y hacemos todo por nuestras hermanas. Ninguna de nosotras haría daño a otra, ni siquiera por el bien más preciado que podamos imaginar. Aunque supongo que para nosotras lo más preciado es el akelarre, es difícil que nos puedan ofrecer algo mejor que esto. No tenemos que rendir cuentas a nadie, solo hacemos aquello que necesitamos para sobrevivir y aquello que nos apetece. Hay algunas que sintetizan ungüentos a partir del veneno de sus serpientes o de la piel que estas mudan junto con algunas plantas que encontramos en los bosques. Otras preparan la comida para toda la comunidad, salen a recolectar y cocinan las verduras. Otras cuidamos de las más pequeñas, les enseñamos todo lo que deben saber sobre historia, medicina, literatura... Nos mantenemos ocupadas y permitimos que nuestros akelarres sigan prosperando.

De vez en cuando, algún humano se pierde en el bosque y le guiamos de vuelta. Otros vienen a darnos caza y esa es la única carne que comemos. Vivimos en armonía con la naturaleza y con nuestras iguales, sin molestar a los humanos que siguen con sus guerras... Siguen matándose entre ellos sin que tenga ningún sentido hacerlo. Y nosotras no somos más que expectadoras de su macabra obra de guerra. Vemos como se matan y no hacemos nada porque no hay nada que podamos hacer. No somos suficientes para cambiar las cosas... Supongo.

Aunque también supongo que eso es algo que nos hemos repetido nosotras mismas para no tener cargo de conciencia. Pienso a menudo en aquellas doncellas del oráculo, brujas capaces de ver el futuro que son encerradas para siempre en los templos de las diosas de la adivinación. Siempre he sentido la curiosidad de ir a comprobar si realmente son ciegas o solo son historias que se cuentan como forma de hacer más misteriosa su labor. De una forma macabra, violenta y capacitista. Supongo que nada me impide ir a comprobarlo yo misma... Pero tengo que avisar al akelarre para que otra pueda hacerse cargo de mis labores y que ninguna se preocupe. ¿Habrá algún motivo para que me lo impidan?

-¿Qué piensas? Llevas bastante rato mirando al horizonte ensimismada mientras tus serpientes se mecen con la brisa...-Oigo tras de mí la voz de Medusa, que se sienta a mi lado en la ladera y me mira con sus ojos verdes como una esmeralda atravesados por la pupila rasgada de una de las gorgonas más conocidas.

-Nada, ya lo sabes. Me parece tan imposible hacer daño a otra solo para doblegarla... No comprendo el dolor a cambio de la sumisión.-Respondo sin apartar mi mirada del horizonte. Mis ojos se clavan en la ciudad de Pompeya, que se encuentra a penas a un día de distancia en línea recta.

-Es algo que jamás comprenderemos porque no somos esos sucios humanos...-Responde Medusa con ese tono de odio que suele tener por los humanos. Es normal, le han causado mucho daño.

-¿Y si voy a averiguarlo? Me refiero, saben que existimos, no somos un secreto. ¿Por qué no voy a Pompeya a conocer a alguna de las sacerdotisas y le pregunto? De verdad que lo veo muy sencillo.-Digo convencida de mis palabras, por mucho que ellos sean agresivos, nosotras tenemos nuestro poder de nuestra parte. No me imagino a ningún humano pudiendo con una sola de nosotras. Son como cucarachas en comparación.

-Si te vas, no creo que puedas volver, Eris. Parecerán débiles, pero son una especie capaz de todo a través del miedo. Son capaces de quemar aldeas con mujeres y niños con tal de poder plantar en esa tierra. No los infravalores.-Me dice Medusa con una voz seria y firme. No los tiene miedo, pero sabe de lo que son capaces. Y yo lo desconozco por completo.

-Lo tendré en cuenta, pero necesito averiguarlo. Creo que no podré quedarme aquí si no sé por qué hacen eso. ¿Y si pudiéramos salvar tan solo a una de ellas?-Lo digo y en ese momento soy consciente de que lo que habla es mi síndrome de salvadora. Que lo que quiero es cambiar el mundo aunque sea solamente para una persona. Y que con eso quizá pueda hacer desaparecer esta sensación de vacío e inutilidad que me taladra el cerebro.

-No tienes que demostrarle nada a nadie, Eris. Ya eres útil para la comunidad, las niñas te adoran y aprenden contigo mejor que con cualquiera de las profesoras. Eres una de las druidas que mejores ungüentos elabora y nadie es capaz de hablar como tú. No necesitas nada de los humanos, solo te traerán dolor.-Dice ella mientras me coge de la mano con suavidad. Nos miramos a los ojos y siento como me atraviesan los suyos. Es increíble lo mucho que puedes llegar a perderte en la mirada de Medusa si no tienes cuidado, es capaz de dejarte petrificada durante horas solo explorando su pupila. Me sonrojo por pensar en eso y aparto la mirada. Sé que ella lo nota, agarra mi barbilla y vuelve a dirigir mi mirada a sus ojos, fundiendonos en un beso. No es la primera vez, pero sigue siendo mágico. Nos separamos y me vuelvo a mirar al horizonte.

-No es una cuestión de sentirme útil, es una cuestión de justicia. No pueden hacerle eso a mujeres y quedarse tan anchos. No me parece justo.-Digo aunque sé que es una mentira piadosa que me repito a mí misma. Quiero salvarlas por mi propio ego de sentirme útil para alguien más que mi comunidad. Quiero salvarlas para saber si esa mirada que me dedica Medusa existe en otros ojos que estén fuera de estos bosques.-Partiré en tres días, para que dé tiempo a organizar las clases y para que no falte de nada. Y prometo volver antes de la próxima luna llena. Dame solamente un ciclo lunar completo para intentar averiguar qué ocurre en esos templos.-

-Ya sabes que yo jamás te impediría que fueras, mi amor. Eres libre igual que lo somos todas. Solo quiero que estés segura de lo que vas a hacer y que no vas a hacerte daño intentando algo que tal vez no sirva.-Nos quedamos en silencio la próxima hora, antes de irnos a ayudar con la cena, sin hablar más del tema. He tomado mi decisión y ella lo sabe. Estoy segura de que podré volver la próxima luna al akelarre sabiendo que algunas mujeres más son libres.

Salgo con la primera luz del amanecer besando la frente de Medusa que descansa en la cama. Tengo el petate preparado aunque no es mucho, ya que la ciudad está cerca. Llevo mis serpientes ocultas bajo un turbante de color verde intenso, saben que existimos pero es mejor no levantar las alarmas desde el principio. Mi piel marrón oscuro decorada de escamas no será tan evidente, y hay muchos otros seres con la piel escamosa. ¿Dónde iré primero al llegar a la ciudad? ¿Quizá es bueno que pase por el mercado a ver si alguna chiquilla comienza a dar signos de poder, para preguntarle si quiere servir a la diosa? Quizá eso me ayude a entender a partir de qué edad comienzan a adoctrinarlas. Aunque mi instinto me dice que es desde la cuna.

Llego a la ciudad dos días después, al caer la noche. Hay algunos guardias apostados en la entrada, así que espero al cambio de guardia y me cuelo sigilosamente. La ciudad duerme, así que busco una posada y pido una habitación para pasar la noche, tengo algo de dinero de algunas ventas que hemos hecho con forasteros perdidos o de aquellos que hemos matado. Me aseo y me acuesto en la cama.
A la mañana siguiente me despierta las primeras luces del alba, me asomo por la ventana de la habitación para comprobar si el mercado ya ha empezado, cojo mis cosas y bajo en cuanto veo que es así. Todo está lleno de color, de niñes correteando de un lado para otro y mucha comida de diferentes estilos. Todo tiene mucho color y huele a muchas cosas al mismo tiempo, lo que hace que mis serpientes se resuelvan un poco en el turbante, aún no hemos desayunado. Busco un puesto en el que vendan fruta fresca y me improviso un pequeño desayuno para aguantar la mañana, aprovecho mi intercambio con la tendera para preguntarle por el templo del oráculo y ella me guía amablemente. Me pierdo por el mercado, compro una túnica que me llama particularmente la atención, y me encamino hacia el templo. Supongo que en los alrededores del mismo se apostaran las jóvenes promesas para ser vistas. Al llegar veo algunos puestos de inciensos y hierbas que prometen ayudar con la adivinación, algunas de ellas no son de estas tierras y me tienta a llevarme algunas de ellas al akelarre. Resisto la tentación para tratar de no acabar con mis ahorros antes de tiempo, y de repente oigo una voz masculina gritar:

-¡Acérquense! ¡Vean a la adivina más joven de la ciudad! ¡Acérquense! ¡Las Moiras nos ha bendecido con otra adivina en la familia!- Me acerco quedándome entre el gentio, parece que en esta ciudad el templo estará dedicado a las tres Moiras, al menos son bastante lógicos y no caen en pedirle a dioses que no saben adivinar el futuro, que les adivinen nada. Porque muchos dioses suelen usar el engaño con futuros idílicos para que la gente pague por sus augurios. La niña no debe tener más de 14 años, es delgada y pequeña. Tiene el pelo negro como el azabache y la piel tostada, propia de estas tierras. Sus ojos son de un color verde intenso, me recuerdan a los de Medusa, parece que puedas perderte en ellos. Señala a alguien al azar entre el gentío y le pide que se siente, parece haber visto algo. Coge a la señora de las manos y vemos como entra en trance entre suspiros ahogados del público. Es un buen truco, pone los ojos en blanco y echa la cabeza hacia atrás mirando al cielo. Comienza a decir algunas palabras sin sentido, entre ellas un nombre que la señora parece conocer. Y vuelve en sí, para contarle a la señora que ha elegido que su hijo volverá de la guerra pronto, como le ha dicho en su carta, pero que esté preparada para lo que trae consigo. Que no será bueno. La señora paga religiosamente al que supongo que es el padre de la niña y se va sollozando, ha conseguido meterle el miedo en el cuerpo, eso hará que vuelva a pedir que sea más precisa en su augurio. Está bastante bien pensado el negocio.

Pregunto a algunas personas del público si hay más niñas como ella en la ciudad.

-La mayoría están en el templo, a veces salen algunas como ella, pero al poco acaban entre los muros con las demás sacerdotisas. No suelen dejar que haya competencia aquí fuera... Por eso aprovechamos el tiempo que podamos pagar el precio.-Me dice una mujer joven que parece preocupada por algo.

-Bueno, es que además esta niña es raro que la hayan dejado si quiera quedarse con su familia después de lo de su hermana...-Interviene otra mujer del mercado que solo está observando el espectáculo.

-¿El qué de su hermana?-Las dos mujeres me miran con cara de incredulidad por no saberlo- Es que soy nueva en la ciudad...-Ambas ponen cara de entenderlo todo y comienzan a contarme.

-Pues verás, la hermana mayor, que debe tener como 6-7 años más, empezó hace unos años como ella, e hizo lo mismo con la colaboración de su padre.-Empieza la primera

-Además es que era muy buena adivinando. ¿Te acuerdas? Adivinó el embarazo de mi sobrina antes si quiera de que tuviera la primera falta. Y también adivinó que no llegaría a término.-Me cuenta la segunda con cierto aura de tristeza.

-¿Entonces su hermana ya es una sacerdotisa? Si no me fallan las cuentas ya sería mayor de edad, ¿No?-Pregunto

-Uy, y tanto, es una de las mejores. Por eso me extraña que el resto dejase a su hermana libre en lugar de enseñarla incluso antes de manifestar los dones.-Me responde la segunda. Me quedo pensativa ante la respuesta, tiene razón en que es raro que la hayan dejado libre.

-¿Estáis seguras de que son hermanas de sangre? Quizá eso fuese lo que impidió que se la llevasen en primer lugar...-Digo más como un pensamiento en voz alta que como una verdadera pregunta. Me doy cuenta de que tiene sentido pensar que quizá no sean hermanas. Quizá solo sean primas que se han criado como hermanas o que la mayor sea de distinta madre que muriera en el parto o cualquier cosa similar. No sería la primera vez que una familia tiene varias madres o varios padres, eso también es una posibilidad. Le doy las gracias a las señoras y me encamino hacia el templo, no sin antes fijarme en que la niña repite constantemente el mismo teatrillo, los mismos gestos, prácticamente las mismas palabras en un idioma "extraño" y nombres que parecen aleatorios pero que no sería difícil que conociese cuando su público forma parte de su comunidad. Entro en el jardín del templo y me quedo maravillada con lo bonito que está todo, en contraste con el exterior que, aunque hermoso, se nota pobre. Árboles plagados de flores, un pequeño riachuelo que nace de una cascada en la entrada del tempo y muchos setos de diferentes especies aromáticas que le dan al jardín un olor riquísimo a naturaleza. El edificio no es muy diferente al resto de templos que he visto en otros viajes a otras ciudades acompañando a forasteros. Un edificio inmenso de caliza dorada decorado con estatuas y diferentes escenas talladas en piedra de las tres Moiras. El pórtico es inmenso y está abierto de par en par como una invitación a que todas podamos entrar, lo que choca frontalmente con la sensación que tienen todos los habitantes de que esto es una fortaleza impenetrable. Por dentro es aún más impresionante, los techos son altísimos y están coronados con frescos que representan escenas protagonizadas por diversas deidades. En el centro del gran salón, hay una especie de fuente con piscina de la que brotan diversas plantas acuáticas y donde nadan peces de colores. La fuente está decorada por una escultura imponente de las Moiras, que vierten el agua desde 3 botijos de diferentes colores, el que sostiene la Moira del pasado es de un color bronce oxidado; la del presente, en el centro, sujeta un botijo plateado; y la de la derecha que representa el futuro, porta un botijo de color dorado intenso. En el borde de la fuente, podemos leer la inscripción "Από πού έρχεσαι, πού είσαι και πού πας, πάντα δυνατός" lo que vendría a significar aproximadamente "De dónde vienes, donde estás y hacia donde vayas, siempre poderosa". Lo cual me parece una forma muy buena de insinuar que las que no sean poderosas no son bienvenidas. Después de quedarme maravillada con todo a mí al rededor me doy cuenta de que algunas sacerdotisas me miran inquisitivas, aunque ya deberían saber a qué vengo, ¿No? Para algo son adivinas. De pronto una señora de aspecto bastante autoritario se me acerca y se planta a mi lado con las manos frente a ella entrelazadas.

-¿Te puedo ayudar en algo? ¿Buscas aclarar tu futuro?-Me pregunta con un tono suave pero firme.

-Solo estaba visitando el templo, me parece una absoluta maravilla arquitectónica. Solo estoy de paso y me ha llamado la atención. No tienen templos así en otras ciudades que he visitado...-Miento tratando de tentar a su orgullo.

-Sí, la verdad es que nuestro templo es uno de los más hermosos de toda Grecia. Pero lo que es más importante, tenemos a las adivinas más precisas de todo el imperio.

-Pero... No sois ciegas.-Digo sin pensar para a continuación darme cuenta de que no es la mejor de las frases con las que empezar un interrogatorio. Ella se ríe.

-Solo las sacerdotisas del oráculo ofrecen sus ojos a las Moiras como favor para poder ver más allá del mundo humano. Las que no tenemos el mismo poder, conservamos la vista y hacemos adivinaciones menos precisas.-

-¿Y a partir de qué edad ingresan las sacerdotisas? Porque he visto una niña en el mercado que no...-Me interrumpe antes de que pueda terminar.

-Esa niña no es más que una farsante. Lo sabemos de buena tinta.-Sentencia.

-Ah... ¿Cómo distinguís a aquellas que merecen el favor de las Moiras de las que no? A mí esa niña me parecía bastante real.-Pregunto inocentemente.

-Las propias Moiras se lo susurran al oráculo y son ellas las que nos dicen a quiénes aceptar entre nuestros muros. ¿Solo has venido a preguntar o quieres que adivinemos tu futuro?-Me dice inquieta, parece que he tocado alguna fibra sensible. Creo que me reservaré el resto de mis cartas para otro momento. Irrumpen en la sala tres mujeres cubiertas por completo con una túnica roja y una venda blanca ensangrentada en los ojos, su cuerpo parece cubierto de glifos arcanos de color negro.

-Ella.- Me señala una de las túnicas rojas- Ella me está buscando. Trae consigo sabiduría de otras tierras y poder.- Me hago la sorprendida, aunque supongo que es un poco absurdo si no puede verme.

-¿Y quién se supone que eres? ¿Por qué iba a buscarte a ti personalmente si no te conozco?- Pregunto.

-Mi hermana te ha traído hasta aquí. Aunque también te han guiado las diosas para que decidieras emprender tu viaje.- Dice mientras la señora que estaba hablando conmigo inicialmente se acerca a otra aún más mayor. 

-¿Eso quiere decir que tengo una audiencia contigo? ¿O que vais a echarme como hacéis con las niñas que no son lo suficientemente poderosas?- Pregunto con cierta rabia en la voz pero sin ser demasiado beligerante, no quiero que me echen todavía.

-Tienes valor hablando así al oráculo... Sí, tienes una audiencia con nosotras, queremos saber por qué estás aquí y qué estás buscando. A parte de a mí.- Dice y se gira a la vez que el resto de sus hermanas para empezar a andar hacia la sala de la que venían. Asumo que debería seguirlas, así que aprovecho la confusión para hacerlo. No pierdo nada por darles una audiencia al oráculo.

Llegamos a una sala más privada, pero aún más lujosa que la anterior. Está coronada de un gran dosel de sábanas suaves y doradas, bordadas de color rojo. Grandes ventanales en una de las paredes arrojan luz a toda la estancia, a los lados hay varias puertas incluida la puerta de la que venimos. Y en la pared frente a los ventanales, un gran mural representa una escena grotesca de las Moiras en lo que parece un rito de adivinación en un dosel similar al del cuarto. Las mujeres se separan y se sientan en el suelo al rededor del dosel, donde la hermana de la niña se sienta dirigiendo su mirada hacia mí. Hace que me sienta diminuta ante la escena que estoy presenciando y me doy cuenta que estoy en clara desventaja. Me he metido yo solita en la boca de la loba.

-Habla, ¿Qué quieres de mí? ¿Qué estás buscando?-

-¿Cuánto me va a costar que lo adivines?- Me burlo de la situación, tratado de mostrarme mucho menos vulnerable de lo que en verdad soy. Ella se ríe y parece que su risa revuelve a mis serpientes.

-Puedes quitarte el turbante, tus serpientes deben estar hartas de estar ahí encerradas desde hace días.-Dice y como una autómata comienzo a quitarme el turbante, parece que sí se les da bien adivinar cosas.

-¿Cómo has sabido...? Déjalo, es una pregunta absurda. Sí, la verdad es que tanto mis serpientes como yo misma estábamos bastante hartas del turbante, pero los humanos se asustan de lo que no conocen. Y soléis ser bastante violentas cuando os asustáis.-

-Bueno, entonces que suerte la tuya que no me asusta una gorgona que no puede petrificarme si no la puedo ver, ¿No?- Me reta y sonríe con una expresión pícara que me resulta irritante.

-No funciona exactamente así. Igual que las historias sobre el oráculo no son perfectas, las historias sobre gorgonas tampoco lo son. Podría petrificarte pero entonces no me dirías lo que quiero saber.-

-¿Y qué quieres saber? Te escuchamos.-

-La verdad es que me sentiría más cómoda si no hubiera tantos ¿Ojos? Observándome mientras hablo contigo. ¿Es necesario que esté todo el oráculo aquí si solo quiero hablar contigo?- Pruebo a ver si puedo quedarme a solas con ella.

-Las Moiras dicen que la respuesta a tu pregunta será más completa si estamos todas. Que necesitas oírla entera. Además, somos parte de un todo, lo sabrían de todas formas-

-Está bien... ¿Por qué le habéis ofrecido vuestros ojos y vuestra vida a las diosas de la adivinación? ¿Acaso no queréis ser libres?- Pregunto sin rodeos, no parece que vayan a matarme.

-No.- Dicen todas al unísono, como un todo.

-No, ¿A qué?-

-No queremos ser libres, queremos ser poderosas.- Dice otra de las sacerdotisas.

-Queremos servir a las diosas.- Añade otra diferente.

-Nos gusta ser parte del oráculo, lo decidimos nosotras porque nos hace felices.- Sentencia la hermana de la pequeña adivina del mercado.

-Pero... No sois libres... ¿Tenéis nombre si quiera fuera del oráculo?- Pregunto.

-Sí, yo soy Minerva.- Responde una.

-Yo son Adelfa- Responde la otra.

-Y yo soy Ertiana- Finaliza quién realmente quería escuchar.- ¿Acaso tú no quieres estar con tus hermanas?-

-Pero con mis hermanas yo no le debo nada a nadie, no tengo que quedarme si no quiero, puedo hacer lo que quiera siempre que no dañe al akelarre.- Defiendo ante esa comparativa tan sesgada.

-Sí, e igualmente no eres feliz.-Sentencia Adelfa

-Igualmente te sientes sola. A pesar de tenerlo todo, te sientes sola.-Añade Ertiana mientras yo comienzo a sentirme incómoda con el juicio de valor que están haciendo a mi vida.-¿Quieres verlo por ti misma? Las Moiras te ofrecen pasar aquí un par de noches como invitada para que puedas comprobar tú misma que aquí ninguna estamos prisioneras.-Me dice Ertiana haciendo que me planteé por qué querrían las Moiras que me quedase cuando deberían saber mis intenciones.

Acepto la invitación y una de las puertas se abre para dar paso a la señora que me recibió abajo, que me guía por los pasillos hacia una de las habitaciones vacías que hay en el templo. Me aposento en mi habitación, observando todas las comodidades con las que viven estas muchachas. Sin duda esta habitación es mucho mejor que la de la posada... ¡La posada! Menos mal que no pagué más de una noche y traje conmigo mis pertenencias, si no iba a ser incómodo. Al caer la noche, Ertiana llama a mi puerta para acompañarme al comedor. Me indica que puedo visitar el templo con ella al día siguiente, si lo deseo. Acepto su invitación para conocer más sobre ella, me resulta particularmente atrayente. Tiene un aura de misterio y bondad que hace que confíes en ella.

A la mañana siguiente me levanto con el alba y me visto con la túnica que ellas me han dado, por supuesto de color rojo con bordados dorados al igual que la de la mayoría por aquí. Me he dado cuenta que solo las más jóvenes llevan túnicas blancas con bordados dorados, supongo que aquellas que todavía están aprendiendo sobre sus dones. Ertiana me lleva a la biblioteca donde me enseña algunos libros sobre mitología y otros sobre brujería muy interesantes. Veo uno sobre hierbas medicinales y le pido si puedo llevármelo a mi habitación para ojearlo, acepta. Me enseña todo el templo por dentro y me doy cuenta de que son una gran comunidad, parecida a mi akelarre. Me cuenta historias del oráculo y nos pasamos horas hablando entre esos pasillos. Siempre alerta porque cualquiera que pasa a nuestro lado hace que ella se ponga tensa y cambia el aura por completo. Lo cual me resulta extraño, pero entiendo que si le hace sentir incómoda, es mejor no hablarlo con ellas delante. Terminamos la visita en la azotea, comienza a ponerse el sol y hay unas vistas impresionantes de la ciudad desde aquí. Nos sentamos juntas a contemplar la puesta de sol en silencio hasta que decido preguntarle lo que llevo pensando desde la comida.

-¿Por qué no has dejado que tu hermana forme parte del templo? Está claro que tienes todo el poder para decidirlo y podría vivir mejor de lo que vive ahora. Se la notaba desnutrida-

-No tengo otra opción, ella no es apta para entrar en el templo, no tiene el don aunque pueda fingir que sí. Si la meto entre estos muros sin ser suficientemente poderosa... No sé qué serían capaces de hacerle. No tengo tanto poder como parece, solo soy una marioneta.- Dice con la voz temblorosa. Es curioso como su actitud ha cambiado al subir a la azotea, ya no es la misma devota feliz que cuando caminábamos por los pasillos rodeadas por el resto.

-¿No decías que eras feliz? ¿Que sois una comunidad?-

-Si no te digo eso, las demás son capaces de matarme con tal de ocultar la realidad. Esto es una secta. Sí, vivimos bien y tenemos todo lo que podamos desear, pero no tenemos libertad.- Me mira con expresión de terror.

-Pero, no entiendo nada, pareces una persona distinta. ¿No decías que tus hermanas sabían lo mismo que tú?-

-No exactamente, a lo que me refería es a que estoy obligada a contarles todo. No tengo opción. Saben cuándo miento o si oculto algo. Además, las paredes tienen ojos y oídos. Este es el único lugar seguro.-

-Vente conmigo. Podemos irnos al mercado y desviarnos ligeramente al bosque. En mi akelarre te cuidaríamos.- Digo y me doy cuenta de que hablo de mí misma, otra vez el síndrome de la salvadora.

-No puedo, mi hermana estaría en peligro si me voy. Podrían intentar averiguar dónde he ido. Además no me gustaría dejarla sola, ahora al menos podemos vernos de vez en cuando.- Me responde con un hilo de voz. Oigo que solloza y la rodeo con mis brazos. Prácticamente el sol ya se ha escondido y las primeras estrellas se ven brillando en el cielo. La luna comienza a menguar, debo tener cuidado con el tiempo o mis hermanas se preocuparán. Pienso en que podemos llevarnos a su hermana también, es solo una niña. Parece que eso sosiega ligeramente su llanto y le da cierta esperanza. Pero también hace que mi cabeza piense un millón de cosas que no sé bien expresar. No puedo quedarme solo en salvarlas a ellas. Me acaba de confesar que aproximadamente un centenar o dos de mujeres son presas de una secta que las utiliza y controla. Una secta que dicta, con sus augurios, las acciones de toda la sociedad que nos rodea. Que educa a las jóvenes que tienen dones, que adoctrina a las demás en que jamás serán suficientemente buenas. No puedo salvar a Ertiana y dejar a las demás aquí, en peligro y sustentando un sistema podrido con su sufrimiento. ¿Pero cómo voy a poder yo sola con todo esto? Aunque quizá no tenga que hacerlo sola.

-¿Alguna de tus hermanas piensa como tú?- Pregunto con un hilo de esperanza en la voz.

-Sí, algunas más hemos subido aquí a hablar de las cosas que no nos gustan. Pero somos una minoría. La mayoría son serviles al sistema porque es el mismo el que las mantiene vivas. No tienen nada más allá de estos muros.- Sentencia Ertiana y entiendo por qué no han armado la rebelión todavía. Hay mucha pobreza en la ciudad, cualquiera de las chicas de ahí afuera soñaría con tener una cama caliente, comida y ropa limpia. Cualquiera vendería su alma por poder vivir con estas comodidades y probablemente sacrificaría en el camino a quién fuera necesario. Fuera de estos muros se palpa la indefensión de las mujeres, la violencia y la pobreza.

-Debemos reunirnos con mi akelarre para poder plantear una escapatoria. No sirve con destruir el templo hasta las cenizas, el templo solo es un engranaje de algo más grande. Solo sustenta una sociedad corrupta que mata de hambre a su pueblo y expolia las riquezas de las mujeres para su beneficio.- Digo con cierto aura propagandística y me recuerdo a las filósofas que hablaban en Alejandría sobre otras formas de vivir en comunidad. Formas similares a las que usamos en el akelarre, pues algunas de esas filósofas habían visitado nuestro pueblo como forma de investigar otras formas de vivir.

-¿Cómo pretendes salir de aquí, llegar al bosque y perdernos en el akelarre sin levantar sospechas? Además no me iría sin mi hermana.- Me pregunta ella, como es obvio y desde la realidad de que lo que pido es muy complicado. No sé responderle, no en ese momento, así que nos encaminamos al comedor para cenar, cambiando nuestra conversación a ese libro de plantas medicinales que cogí de la biblioteca. Lo que me hace recordar que vi una planta en el libro que me resultó familiar.

Tras cenar, me aseo y vuelvo a mi dormitorio para poder ojear el libro en cuestión. Cuando llego, el libro, no está en el lugar donde yo lo dejé. Juraría no haberlo dejado ahí. Reviso todas mis posesiones por si me faltase algo, pero todo está en su lugar. Simplemente ese libro estaba en la mesa del escritorio cuando me he ido y ahora estaba en la cama. ¿Alguien a parte de mí quería leerlo y decidió coger y leerlo aquí? Un poco ridículo, pero no sé si aquí eso es normal. Quizá no exista la privacidad, teniendo en cuenta lo que me ha contado Ertiana, me parecería normal. Me siento en la cama con el libro y veo que efectivamente hay una planta que está en el jardín del templo. La cual induce visiones más potentes a quiénes ya tienen el don de la adivinación. Es como un catalizador de su conexión con las Moiras. Sigo ojeando las páginas y veo una planta que también se parece a una que hay en el jardín, pero esta no es tan buena... Es una planta del sueño, es muy potente y es capaz de producir no solo un estado de sueño, si no un control a través del mismo. Anula por completo la voluntad de quién la toma, dejándole sumido en un estado de inconsciencia semiconsciente. ¿Por qué tendrán esa planta en el jardín? No es que sea especialmente bonita y no tiene flores. No creo que sea casualidad.

Paso algunos días vigilando más de cerca los movimientos de las que parecen las cabecillas, pero me doy cuenta en seguida de que todos los días tienen reuniones con los altos mandos de la ciudad. Que todos los días se deciden cosas a puerta cerrada sin contar en absoluto con el oráculo. ¿Qué poder tienen unas mujeres que ni siquiera saben lo que van a decidir por ellas? Ertiana se pasa los mismos días acompañándome cuando no está adivinando algún futuro de algún ricachón de la ciudad. Nos pasamos largas horas en la biblioteca, entre libros y risas ahogadas para no molestar al resto de lectoras. Nos devoramos muchos libros en búsca de alguna forma de derrocar el sistema del templo como primer peldaño para derrocar todo lo demás. Buscamos la historia del templo, tratando de encontrar en ella alguna salida oculta que no sea la puerta principal. Parece haber algunos túneles por los que se tiran los desperdicios, pero no sabemos muy bien dónde están ubicados. Ninguna ha conseguido verlos, pero esta misiçon imposible nos acerca cada vez más. Poco a poco nos volvemos cómplices y nos sentimos seguras la una con la otra. Lo cual será muy útil si conseguimos escapar de aquí con vida. No puedo llevar al akelarre a alguien en quién no confío.

Buscamos durante días hasta que creemos encontrarlos y trazamos un plan en nuestra azotea. La noche de cuarto menguante, saldremos ambas a media noche y nos reuniremos en el jardín, junto a la planta que no es bonita pero que tiene un potencial importante para poder someter a las aprendices. En el libro la llaman púrpura por sus hojas de un color morado oscuro. Recogemos unas cuantas que metemos en nuestras bolsas y salimos por los túneles sin ser vistas. Sabemos que al día siguiente saldrán a buscarnos en cuanto Ertiana no aparezca a primera hora por el oráculo. Pero esperamos estar lo suficiente lejos para poder huir. Pasamos por casa de la hermana de Ertiana y la recogemos, no tiene muy claro nada de lo que está pasando, pero sí una fe ciega en su hermana. Nos acompaña y, cuando estamos suficientemente lejos de la ciudad comenzamos a contarle todo lo que podemos contarle. La pequeña Hera se asusta al ver mis serpientes, nunca había oído hablar de las gorgonas, lo cual me sorprende porque su hermana parecía conocernos muy bien. Supongo que esa es la brecha educativa entre las mujeres aptas para el oráculo y aquellas que se ven obligadas a mentir y manipular a sus vecines para subsistir. Nos desviamos ligeramente del camino rápido para evitar ser interceptadas si deciden salir a caballo a buscarnos. Pasamos la noche en una cueva, tardaremos aún dos días y medio en llegar a mi akelarre. Esa noche encendemos un pequeño fuego en la cueva, donde nos resguardamos y decido hacer la primera guardia. Hera, como es lógico porque es una niña, dormirá toda la noche y nosotras nos repartiremos las guardias. A mitad de la primera guardia, oigo unos pasos tras de mí, Ertiana se ha despertado y se dirige al puesto de vigilancia que hemos montado en la entrada. Se sienta en silencia a mi lado, ninguna parece tener energía para hablar de todo lo que está pasando. No sabemos si ya nos estarán buscando. De pronto noto como la mano de Ertiana se acerca a la mía y la coge con suavidad.

-Gracias. Probablemente nunca hubiera tenido el valor de huir si tú no me hubieras animado a ello.- Me dice mirándome desde detrás de la venda de sus ojos.

-Es un placer, pero ya sabes que no hemos terminado, esto solo es una retirada para volver más fuertes. Tenemos la púrpura para investigar cómo hacer ungüentos que utilizar contra los gobernantes de la ciudad. Y les he robado el libro de herbología que tanto me gustó. Tiene cosas muy interesantes que nunca había visto.- Intento mostrarme positiva, pero creo que ella nota el miedo en mi voz. Alza su otra mano hacia mi rostro y acaricia mi mejilla.

-Nunca había tocado una piel como la tuya... ¿Qué es esto duro que tienes?- Me pregunta sacándome un poco de mi monólogo caótico interno.

-Escamas, mi piel está repleta de escamas. No había pensado que no sabes cómo soy.- Digo siendo realmente consciente ahora de que es ciega, pues hasta este momento nada nos había hecho notar diferencias entre nosotras. El templo es un espacio completamente accesible a las sacerdotisas ciegas y la mayoría de los libros tienen una especie de relieve en sus letras que permiten que puedan ser leídos por ellas. Es impresionante lo mucho que cambian las circunstancias cuando afuera de esos muros nos espera un mundo que no está preparado para ella. Ya nos ha ocurrido a la hora de huir, pero entre el frenesí no nos hemos detenido demasiado, simplemente la he cogido de la mano y la he guiado por las calles hasta que hemos llegado a dónde solía apostarse su hermana como adivina, desde dónde ella ha podido recorrer las calles de su infancia hasta encontrar su casa.

-¿Y cómo eres? Me gustaría saberlo. Conozco los colores, la luz, todo. Pero ahora veo de otra manera. No te veo a ti como tal, veo lo que supongo que es tu aura y tu silueta. No somos ciegas por completo, tenemos un rastro visual que es conferido por las Moiras al entregarles nuestros ojos. Por eso he podido encontrar mi casa. Pero no puedo ver los detalles de tu rostro, el color de tu piel o el de tus serpientes. Me gustaría saberlo.

-Pues mi piel es negra, como el azabache, ¿alguna vez has visto una víbora o una serpiente negra? Mi piel se asemeja a la suya aunque tengo algunas zonas sin escamas. Mis ojos son azules intenso con la pupila rasgada como cualquier serpiente venenosa. Y mis serpientes son de color azul turquesa intenso con los ojos amarillos. No sé que más contarte, la verdad, no me gusta hablar mucho de mi aspecto.- Digo encogiéndome de hombros.

-Creo que eres muy hermosa, Eris.- Me dice y vuelve a acariciar mi mejilla. Me quedo quieta, mirando donde estarían sus ojos sin moverme unos segundos, hasta que me decido a acercarme y acariciar su brazo suavemente. Ella se sobresalta al no esperarse que la tocase, por lo que decido informarle de mi próximo movimiento.

-¿Puedo besarte?- Pregunto en el silencio de su caricia, ella asiente y me acerco despacio, procurando no asustarla. Poso mis labios sobre los suyos y nos fundimos en un beso. En el mismo instante en el que nos besamos, una imagen invade mi mente: El templo en llamas mientras nosotras ayudamos a salir a todas las mujeres de esas paredes antes de que se derrumben. Cuando nos separamos, sé que ella ha visto lo mismo que yo y parece que eso nos hace tomar la decisión aún más contundente de no quedarnos solamente en salvarnos nosotras. Hay que quemarlo todo hasta los cimientos y construir sobre las cenizas una sociedad que no explote a las mujeres.

Cuando llegamos a la zona de mi akelarre, nos reciben en las afueras las recolectoras que me reconocen en seguida. No hay discusión respecto a dar alojamiento a las humanas, no son enemigas, nunca lo han sido. Pero lo que no parece ser tan claro es cómo rescatar al resto de la ciudad. Todas estamos de acuerdo en que esto no podemos dejarlo pasar, sin embargo nosotras no somos especialmente violentas y sabemos que para tomar la ciudad, hay que hacerlo por la fuerza. Ninguna rebelión se hizo en silencio o pidiendo por favor que se liberara a quienes se tenía presas. Hemos plantado el germen liberando a dos mujeres, hemos saltado las alarmas de la ciudad y sabemos que nos estarán buscando. Pero no es fácil encontrar el akelarre si no queremos ser encontradas. Decidimos replegarnos y entrenar nuestras habilidades para volver cuando seamos más fuertes y tomar la ciudad y devolvérsela al pueblo. Somos muchas y estamos cansadas de que nos digan lo que podemos o no podemos hacer. Esta rebelión se inicia con dos vidas salvadas, pero no termina con ellas.


(CONTINUARÁ)

martes, 3 de enero de 2023

Oscuro sueño

Es curioso empezar el año así. Creo que nunca en toda mi vida había empezado un año sintiéndome tan vacía. Han pasado muchísimas cosas, casi ninguna buena, y yo solo quiero desaparecer. El miedo a hacerlo cada vez se hace más pequeño y yo me siento muy vulnerable. Me agarro a aquellas certezas que tengo, aunque no sean muchas, y sigo hacia delante engañandome a mí misma para mantenerme cuerda. Lo mínimo que puedo.
Pero siento unas ganas irrefrenables de mandarlo todo a la mierda y dejar de sentirme así... Y no comprendo por qué me siento así. Sé que han pasado cosas horribles, que mis traumas han vuelto a darme en toda la cara y que he tomado decisiones que me ponen triste. Pero no es suficiente para hundirme así. Sé que no me merezco caer en mi abismo por aquellas personas que nunca merecieron mi aprecio. Sé que soy más de lo que me digo en las noches de insomnio con dolor y con ansiedad. Sé que soy yo, una persona humana con mucho por lo que luchar. Pero que ahora mismo no ve futuro, presente, ni salida. Un conjunto de todo y de nada que quiere esfumarse de aquí. Que quiere desaparecer, aunque hace mucho que ya no soy importante para nadie y he desaparecido de la mayoría de vidas que me importan. Porque me siento una carga enfundada en todos estos traumas, me siento un estorbo en la vida de todo el mundo y siento que nadie ni nada puede apreciarme mientras me consumo. Porque el fuego envuelve todo lo que soy sin permitir a nadie conocerme y entenderme. Si intentan atravesar las llamas, solo salen escaldades. Mientras me consumo sola, buscando soluciones imposibles o improbables que no puedo gestionar. No quiero seguir peleando por salir de aquí a la vez que una parte de mí patalea en silencio para obligarme a lo contrario. Y me levanto, hago lo que puedo y sigo viviendo un día más. Mientras espero que lleguen cosas que creo que me harán feliz de forma temporal, sabiendo que nunca será suficiente sin solucionar la raíz del problema.
Otra noche que intento escribir y solo sale algo confuso y sin sentido que esta vez no borraré.

miércoles, 19 de octubre de 2022

El amor de les niñes.

Pienso a menudo en lo sencillo que es querer y demostrar afecto cuando se es peque, lo poco que se juzga el amor en la infancia y lo mucho que nos encadenan a las normas sociales a las adultas que amamos desde los márgenes. Porque amar no puede estar sujeto únicamente a un contrato de alquiler que no podemos pagar soles, a unas facturas que se amontonan y a un montón de tareas domésticas que nos devoran. Aún más cuando el dolor apuntala hasta la última célula de nuestro cuerpo y/o nuestra mente. Cuando todo a nuestro alrededor se hace imposible porque todo cuesta y todo pesa. Mi cuerpo doliente no quiere amar por necesidad a una única persona a la que rendir pleitesía. Mi cuerpo quiere amar con todas esas células que gritan de dolor y callarlas con las caricias de aquellas manos que nos amen. Me da igual cuántas, me da igual cómo (siempre que se base en los afectos), me da igual dónde. Quiero poder amar desde el concepto más básico del amor, el concepto que solo les niñes entienden, el concepto de que si me cuidas, me aprecias, me valoras y me tienes en cuenta; yo te doy mi amor como respuesta. Acompañado de equidad de trato dentro de mis posibilidades.
Volvemos a pensar una vez más en lo que nos dicen que debe ser amar y se nos atraganta. Quiero ser todo lo intensa que no cabe en el capitalismo que nos individualiza los afectos. Quiero cuidar y ser cuidada como necesitamos en nuestros propios términos y que no nos dé miedo pedir que nos cuiden. No quiero tener miedo a que huyas de mí por pedirte que me cuides. No quiero que te asustes de mis cicatrices, de mis dolores, de mis ataques, de mis taras y de mis incapacidades. No quiero que mi cuerpo tullido sea un problema porque no entiendas cómo darle afecto, quiero que me preguntes cómo hacerlo. No quiero que mis traumas o mis triggers sean un impedimento para amarnos, quiero que me digas lo que necesitas y poder llegar a acuerdos que no nos dañen a ningune. Quiero disolverme en el afecto para poder volver a esta sociedad rota el lunes con alguna cuchara extra y mucha rabia comunitaria con la que tirar abajo el sistema.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Rabia

Estoy en piloto automático
desde hace varios meses, 
intentando mantenerme a flote 
mientras mi cabeza me grita que deje de patalear.
Me encuentro otra vez sumida 
en mi más tenebrosa oscuridad 
con la certeza de que ya me conozco
cada centímetro de este lugar.
Con el miedo siempre presente de
no ser capaz de remontar,
de que gane la voz que me pide por favor
que simplemente deje de luchar.

Rendirme se hace tan tentador como
un baño caliente en un día frío.
Olvidarme de una vez de que soy fuerte
y simplemente tomar ese desvío
que me lleva de frente
a dar con mis huesos contra el silencio
de la nada, el todo y la eternidad.
Pero siempre tengo en la mente
que por suerte no estoy sola y tengo que luchar
por quiénes quiero y quiénes
han sabido siempre estar.

Pero se hace tan difícil ignorar la idea
de ir siempre más allá,
de dejarme caer en el vacío
de postrarme al fin ante su altar.
Y cuando se vuelve tan tentadora,
que el miedo ya no parece ser suficiente
para detener mis pasos hacia el precipicio
consciente de que no hay nada más...
Es cuando toma el control mi parte más salvaje
y me convierto en quién necesito en momentos de debilidad.
Sale mi parte de reptil que solo quiere seguir
viva. Aunque todo me diga que pare de luchar.

Y ella me habla desde la parte consciente de mi mente,
susurrándome aquellas palabras que necesito escuchar.
Me autoengaño para seguir adelante e ignorar
que no soy suficiente, que no soy valiente,
que no valgo nada y que todo da igual.
Me autoengaño de nuevo intentando olvidar
que me han demostrado suficiente que es mentira
y transformando ese dolor en la rabia
que siempre me ha ayudado a continuar.