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sábado, 2 de julio de 2022

ORGULLO

Pienso en ti como un reflejo de lo que alguna vez fui,
como una vil caricatura de quello que alguna vez temí,
una sonrisa falsa expuesta en mi cara sonrosada por la vergüenza
de no querer estar así, aquí, sin ti.

Pero me doy cuenta de que esa que pienso y que recuerdo
nunca existió, que es una imagen creada por un trauma de aquello
que algún día me transformó.
No era aquella niña mala, no era la que todo lo erraba.
Era una niña soñadora que quería simplemente encajar.

Y con muchas dudas me miro a veces y veo a la mujer
en la que esa niña soñaba con convertirse, asomándose entre mis pelos
entre la barba, la barriga, las estrías o el entrecejo.
Veo a la mujer que mi madre peleó para que hoy sea.
Veo a la diosa disca, loca y bruja que siempre soñé con crear.

Soy lo que quise ser tantas veces, tengo la familia que soñé.
Aunque muchas cosas aún falten en mis planes, aunque tenga mucho que hacer.
Soy la activista que admiraba cuando entré en el activismo.

Soy la amiga que te cuida sin esperar nada a cambio.
Soy la pareja que nunca jamás haría nada de lo que a mí me hicieron.
Soy la hija que adora a su madre y la hermana que pelea por dejar un mundo más amable.
Soy porque muchas lucharon porque pudiera ser hoy, mañana y siempre.
Soy gracias también a mi propia lucha y resistencia constante.
Soy la disidencia de mi orgullo y la rabia de mi garganta afónica radiante.

Hoy me dedico por primera vez unos versos a mí, aunque suene prepotente.
Porque me merezco el amor que yo misma jamás he sabido darme.