Vistas de página en total

miércoles, 19 de octubre de 2022

El amor de les niñes.

Pienso a menudo en lo sencillo que es querer y demostrar afecto cuando se es peque, lo poco que se juzga el amor en la infancia y lo mucho que nos encadenan a las normas sociales a las adultas que amamos desde los márgenes. Porque amar no puede estar sujeto únicamente a un contrato de alquiler que no podemos pagar soles, a unas facturas que se amontonan y a un montón de tareas domésticas que nos devoran. Aún más cuando el dolor apuntala hasta la última célula de nuestro cuerpo y/o nuestra mente. Cuando todo a nuestro alrededor se hace imposible porque todo cuesta y todo pesa. Mi cuerpo doliente no quiere amar por necesidad a una única persona a la que rendir pleitesía. Mi cuerpo quiere amar con todas esas células que gritan de dolor y callarlas con las caricias de aquellas manos que nos amen. Me da igual cuántas, me da igual cómo (siempre que se base en los afectos), me da igual dónde. Quiero poder amar desde el concepto más básico del amor, el concepto que solo les niñes entienden, el concepto de que si me cuidas, me aprecias, me valoras y me tienes en cuenta; yo te doy mi amor como respuesta. Acompañado de equidad de trato dentro de mis posibilidades.
Volvemos a pensar una vez más en lo que nos dicen que debe ser amar y se nos atraganta. Quiero ser todo lo intensa que no cabe en el capitalismo que nos individualiza los afectos. Quiero cuidar y ser cuidada como necesitamos en nuestros propios términos y que no nos dé miedo pedir que nos cuiden. No quiero tener miedo a que huyas de mí por pedirte que me cuides. No quiero que te asustes de mis cicatrices, de mis dolores, de mis ataques, de mis taras y de mis incapacidades. No quiero que mi cuerpo tullido sea un problema porque no entiendas cómo darle afecto, quiero que me preguntes cómo hacerlo. No quiero que mis traumas o mis triggers sean un impedimento para amarnos, quiero que me digas lo que necesitas y poder llegar a acuerdos que no nos dañen a ningune. Quiero disolverme en el afecto para poder volver a esta sociedad rota el lunes con alguna cuchara extra y mucha rabia comunitaria con la que tirar abajo el sistema.