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domingo, 31 de mayo de 2015

Piel de Terciopelo.

Sábanas, sudor, gemidos, arañazos, mordiscos... Todo eso se mezcla en mi mente al entreabrir los ojos en mi cuarto a oscuras, todo eso, el resultado de una noche maravillosa.
La luz entra entre las contra ventanas, acaricia con suavidad su silueta desnuda sobre mi cama, esta de espaldas a mi, esa bella criatura que puebla la tierra iluminando cada centímetro con su hermosura. De repente no puedo evitar acariciar su espalda con suavidad, veo como toda su piel se pone de gallina al recorrer con mi dedo su columna.
Despierta por el roce y se gira, abre sus ojos marrones y me mira medio dormida. "Buenos días, pequeña" me susurra. Me encanta la tesitura de su voz contra mi oído. Me acurruco a su lado y me acomodo sobre su pecho.
-Creía que íbamos a levantarnos, peque.- Me dice y me besa la frente.
-Fue mi idea inicial, pero prefiero disfrutar de estos pequeños momentos impagables.- La susurro contra su cuello y muerdo con fuerza. Ella gime y se gira del todo contra mí, me besa dulcemente y luego me muerde con ferocidad el labio, yo me retuerzo de puro placer y me postro encima suyo.
-¿Vamos a levantarnos, o nos quedamos así un poquito más?- La pregunto contra sus labios con una sonrisa lasciva pintada en ellos.
-Creo que me gusta más la segunda opción, nena.- La oigo pronunciar esas palabras y todo mi cuerpo se estremece mientras mi imaginación se deja llevar por mis impulsos y realizo todo aquello que deseo.
Buenos días, de esos que te levantas con una sonrisa en los labios y unos cuántos arañazos de más en la espalda.

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