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domingo, 27 de septiembre de 2015

Laberinto.

Caminamos, dejando nuestra huella sobre la línea etérea que dibuja suavemente nuestro destino, que marca el rumbo por el que nos movemos y limita nuestras decisiones a unas preguntas concretas.
Y, con cada paso que dejamos marcado sobre la línea, vamos abriendo grietas, guardando lo caminado en algún punto de nuestra mente, de éste pensamiento vacío lleno de ideas deformes que damos forma con el cerebro. El camino va llenándose de piedras, trozos de aquellas silenciosas grietas que hemos abierto con nuestras decisiones, piezas que dificultan el seguir adelante e, incluso, cuestionan si merece la pena seguir caminando... Esa horrible pregunta sin respuesta, que jamás podremos saber, pues no podemos ver el premio que nos espera más allá del puro sufrimiento al que exponemos nuestros huesos, que chocan sonando con violencia contra el suelo. Nuestro paraíso tras haber saltado todas las piedras del camino, todas las grietas que nos quebraban las rodillas y atascaban nuestros pulmones, impidiéndonos respirar por el polvo que van levantando a nuestro paso sobre ellas. Dejando escapar por las grietas esos trozos de nuestras almas que no son lo suficientemente fuertes para seguir siendo parte de nosotros mismos y que dejamos escapar muy lejos de nosotros, que jamás vuelvan a entorpecer nuestros pasos, que no nos pongan la zancadilla impidiéndonos avanzar.
Escuchas gritos a lo lejos y dejas que el miedo corrompa tu cuerpo y sigues andando, encarando tus peores miedos, diciéndoles a la cara todo el miedo que ellos te provocan y que te da igual todo lo que hagan. Porque no tienen poder sobre ti, porque tú eres muchísimo más fuerte que todas ellas, porque algún día te darás cuenta que por fin superaste la prueba , que ya no queda nada por lo que seguir corriendo, que aquellos monstruos que pensabas que te seguían, se han muerto en algún punto del camino, que ya no siguen detrás tuyo. Pisándote los talones, sujetándote la sombra para que no puedas llegar más lejos de lo que ellos te permitían.

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