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martes, 17 de febrero de 2015

Fénix.

Me encuentro ahora mismo en la cama tumbada, contigo a mi lado, con tu pecho subiendo y bajando en una sucesión rítmica de alientos, en un montón de latidos de los que voy bebiendo para seguir viviendo. Miro tu pelo enmarañado sobre la almohada y se me antoja besar suavemente tus labios mientras coges aire. Respira de mí, mi niño, quiero tenerte. Y es que me tienes toda para ti, soy tuya desde el momento en que enlazamos nuestras vidas a esta fina línea de destino y no imagino otra vida mejor que la compartida a tu lado.
Te desperezas de pronto en la cama, yo me tumbo rápidamente en la cama y tapo mi rostro con las mantas, finjo estar dormida. Tú te levantas, rodeas la cama, y te tiras encima mío besando mi rostro con cariño a la vez que me haces cosquillas. Quiero que pares y a la vez me encanta tenerte así a mi lado. Me encantas.
-Buenos días, mi niña, ¿Te levantas o sigo haciéndote cosquillas un poquito más?- Me susurras en el oído que sabes que oigo.
-Hummm... Prefiero que te tumbes aquí un ratito más conmigo...- Te susurro en los labios mientras te tumbo encima mío con suavidad.- Quiero jugar un poquito...- Tú sonríes y te tumbas a mi lado mientras me besas el cuello que de vez en cuando muerdes con fiereza. Dios, cómo me gusta tenerte a mi lado por las mañanas, se hacen mucho más amenas.
Me despierto al rato al oírte entrar de nuevo en la cama con algo grande y pesado en las manos, abro lentamente mis ojos y allí estás con el desayuno en los brazos. Me muero de amor por momentos, te ves tan sumamente adorable ahora mismo... Y yo te amo tanto...
-Venga, princesa, tienes que coger fuerzas para un nuevo día a mi lado.- Me susurras a la vez que me ayudas a levantarme de la cama lentamente mientras me pones en el regazo el desayuno. Huele muy rico. Aunque no tengo demasiada hambre, la verdad...
-Tienes que comer, te lo ha dicho el médico, si no comes me voy a  enfadar mucho, quiero verte sana.- Me dices muy serio adivinando mis pensamientos.
-Es que... No tengo hambre... Tampoco creo que comer ayude en algo al cáncer.- Digo en un comentario un poco cruel, aunque me doy cuenta demasiado tarde.
-No eres médico, en consecuencia no puedes saber qué te curará más rápido, pero estoy seguro que morir de hambre no es una buena idea. Así que come y luego tómate las medicinas.-Me dices medio enfadado y algo dentro de mí se rompe en mil pedazos.
-Sí.-Solo digo eso y comienzo a comer.
Me ducho, me visto, y vamos al médico como cada mañana, aunque cada noche rezo para que ese día sea el último que tienes que soportarlo, aunque creo que tú rezas justo para lo contrario.

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