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lunes, 21 de mayo de 2012

Flores Rosas y Ganas de Llorar...

Un sol abrasador dejaba entrever un cerezo en flor através de la ventana de la muchacha adormecida que comenzaba a entreabrir los ojos para mirar lentamente las florecillas de aquel pequeño arbolito . Se levantó para, a continuación, preguntarse el porqué de otro día en aquel estúpido mundo que no la apreciaba lo bastante para otorgarle un poco de felicidad en aquella vida de desasosiego y mal estar general. Unas lágrimas brotaron de sus verdes ojos al pasar frente al armario en el que estaba la foto de Aleices y ella en aquella playa que había sido su lugar de encuentro durante tantos años... Y ahora ya no estaba, ya nadie la esperaba afuera de la sábanas y pensó en volverse a acostar, pero una vocecilla dentro de ella le dijo: "Sal, diviértete, olvidate de aquel que no te merece y conoce a alguien que si lo haga."
Así que coge fuerza y se pone frente a su armario, de él selecciona su mejor traje y se dirige al trabajo. Otro duro trabajo en el veterinario de su tío viendo pasar animalitos enfermos, algunos de ellos de allí no saldrán... Aparta ese pensamiento de su mente y siguió archivando y recogiendo. De repente escucha los cascabeles de la puerta de entrada y por ella aparece un chico de 20 años, con un pequeño pajarito entre sus manos. Se lo acerca a Nerlola, la muchacha, y le pide por favor que lo salve de ser carroña para un atajo de aves y otros animales, que ese animalito no se lo merece, que él no ha hecho nada... A ella se le parte el corazón cuando tras los ojos del muchacho se ven llegar un par de lágrimas que no podrá contener mucho tiempo antes de que rebosen sus ojos para dar a entender que realmente aprecia la vida de aquel ser que acababa de recoger de la calle. Nerlola lo recoge y lo lleva a quirófano, donde lo salva de todo el destino que aquel chico le había augurado. Michel le agradece todo lo que ha hecho por el pájaro y la invita a una cena en su casa. Desde aquel día las cosas le van mejor a Nerlola y, si tiene un mal día, ya está Michel allí para alegrarselo.

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