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martes, 16 de junio de 2015

Dulce de Leche.

Bajo la enorme escalinata de mármol con la mente puesta en verle, en besarle, en estar con él. En aspirar su dulce aroma... Una presencia me saca de mis pensamientos y me hace aterrizar de golpe en la salita en la que me encuentro.
-¿En quién piensas? Te ves muy ensimismada en morderte el labio inferior.- Dices mientras te acercas a mí y me haces soltar mi labio poniendo tu dedo de por medio.
-Pues en ti, ¿en quién iba a ser para morderme el labio?- Digo con una sonrisa lasciva en los labios. Cosa que tu respondes con una de esas cálidas miradas que agitan mi organismo al completo y me hacen desearte. Aunque siempre te deseo. Interrumpes mi mente cogiéndome de la cintura y besándome como solo tú sabes hacer. Mientras absolutamente todo mi cuerpo se concentras en el tacto de tus labios contra los míos, en como todo mi cuerpo te reclama que sigas besándolo, centímetro por centímetro.
Entonces separas tus labios de los míos enrojecidos por la presión, y todo el calor recorriéndome. Me sonríes desde arriba, mirándome a los ojos. "Te quiero, pequeña." me susurras mientras bajas tu mano por mi espalda y agarras mi culo con fuerza. Me creo morir por un momento, mientras tú sonríes. Sabes perfectamente que en este momento podrías hacerme lo que quisieras que yo te diría que sí sin rechsitar ni un solo segundo. Pero en lugar de eso me das un beso en los labios y te vas.

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