Vistas de página en total

miércoles, 17 de octubre de 2012

Hasta el Infinito.

Caminar por la calle encerrada en tu abrigo,
 por culpa de ese maldito frío que, el invierno,
 deberá llevarse cuando despunte la primavera.
Caminar pensando en que deberías quedarte,
así tus lágrimas dejarán de estar llenas.
Llegas a casa, posas las cosas sobre tu cama,
te lavas el rostro con agua fría y te pones una coleta
dejando que la soledad te mire, apartando el pelo de la cara.
Caminar como alma en pena por los pasillos de la casa
buscando que la soledad te acompañe en tu paseo,
intentando no hacer demasiado ruido, que no se oigan tus latidos.
Caminar encogida, pensando, luchando por escapar de tus labios.
Querer llamarte, saber que no puedes contestarme, aunque quieras.
Lamer todas mis heridas, en completa soledad, y saber que cicatrizan,
gracias a que algún día vas a estar aquí y tu me las curarás.
Dejar correr el agua por mis espaldas, quema, pero no la aparto.
No quiero que vea que no soy fuerte, quiero demostrar que puedo,
con todo, incluido con todo esto, que no temo por nadie.
Pero en realidad si tengo miedo, si temo por alguien...
Y ese alguien eres tú, no quiero perderte nunca, quiero prometerte:
Un pasado, un futuro y todos mis presentes.
Quiero que estés cuando el miedo atenace mi corazón,
te acerques por mi espalda y me abraces diciéndome que me quieres.
Quiero que vivas todos mis momentos felices porque también son los tuyos,
que cures mis problemas y cierres las cicatrices que me queden en la piel.
Que te quedes despierto hasta tarde hablándome y que tus besos dibujen
un "Te quiero" sincero en mi vientre, en mi cuello, en mi espalda, en mi pelo...
Que me dé miedo prometerte los para siempre y que tú me demuestres que
eres de esos hombres que absolutamente todo lo que prometen lo cumplen.
Que me dejes tu vida, quiero llenarla de amor correspondido, cariño y
largos y tiernos abrazos por la espalda mientras te susurro un "Te quiero."

No hay comentarios:

Publicar un comentario