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miércoles, 22 de agosto de 2012

Lástima que te Vayas.

Despiertas en esta habitación, solo, con la camiseta del pijama encharcada en sudor y lágrimas, con el corazón roto y las palabras de amor todavía sin decir. Te levantas de tu cama, sin ganas de nada, con mucho calor, te metes en la ducha y dejas que los vapores traten de limpiar tu alma, nada, no lo consigues. La luna todavía está brillando en el cielo, pero tu sueño ya se ha esfumado escoltado por todo ese amor que te han arrebatado. Te vistes, caminas por la calle oscura, buscando un rastro de la persona que perdiste por no ser suficiente bueno, o eso es lo que tú te crees. Caminas solo, en silencio, con las lágrimas rebosando tus ojos y con el corazón encogido en el pecho. Caminas solo y no te encuentras a nadie que pueda hacerte compañía.
Una noche descubres que puedes confiar en ti, que tal vez no destruyas todo lo que ames, te arriesgas, ganas y te lo juegas todo a una carta, que siempre te hace perder. Pierdes. Te levantas de la mesa del destino y vuelves a bagar, pero esta vez no vas solo, vas con otra persona, alguien que es capaz de acompañarte y que no te va a dejar que te arriesgues, lástima que prefieras arriesgarte a hacerle caso, lástima que la pierdas en un solo instante por encontrarte a otra persona que no te hará sentir lo mismo, lástima que te vayas... Lástima, porque tal vez esa persona fuera la adecuada, tal vez te arriesgaras por alguna razón que ahora no comprendes, tal vez la quisieras de verdad y no mintieras cuando la mirabas a lo ojos y la decías que la querías. Tal vez, pero eso ya da igual, ya no estás y esa niña tonta sigue queriéndote, pero es fuerte, pero puede con el dolor, porque el dolor ya es parte de ella misma, porque todo lo que la ha destrozado por dentro la ha hecho resurgir de sus cenizas más fuerte, más confiada, con más valor... Es fuerte, tenlo presente, puede que ahora mismo si te arrepintieras corriera a tus brazos, pero no va a seguir ahí siempre, no se arriesgará a volver a sufrir, o tal vez sí, deberías probar, pero no quieres y no te puede convencer de ello.
Caminas solo de nuevo, buscas la luna en el cielo, no la encuentras, vuelves a estar perdido en la oscuridad pero ella ya no creo que vuelva, ya no está, ahora es feliz, y no se arriesgará. Puede que siga queriéndote, que no te digo que no, pero le da tanto miedo que tú no te arriesgues que no lo va a hacer ella. Ya luchó suficiente por no llorar cuando todo estaba perdido, ya avanzó un millón de veces tras derramar un millón de lágrimas, ahora está bien y no dará marcha atrás, siento que te hayas perdido a una chica como ella, de verdad, te la merecía pero no tuviste el valor suficiente. Ahora vuelves a estar perdido, ahora vuelves a necesitar los mismo brazos y esos brazos ya encontraron un lugar en el que quedarse y ser queridos, un lugar en el que no los dañen... Lástima, de verdad, porque hubieras sido feliz y me hubieras escuchado, hubieras sido muy feliz si te hubieras arriesgado por aquellos ojos marrones y no te hubieras quedado esperando a que otros ojos te dieran el amor que te daban esos.

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