Vistas de página en total

jueves, 21 de julio de 2016

Caricias a tu Alma

La verdad es que no sé cómo empezar, supongo que esto es una especie de carta para alguien en algún lugar. Quiero que penséis en esa vez en la que tu sonrisa deslumbró tu rostro y eclipsó tu mirada. Sí, esa vez en la que habéis sido más felices... Tal vez el sol bañando tu rostro o las gotas de lluvia mojándolo; tal vez tus pies descalzos sobre una arena ardiente y las olas rompiendo en la orilla; o quizás unos zapatos sobre el asfalto duro y oscuro.  No sé, cada uno tiene un escenario en el que representa su mejor obra, su mejor historia, su vida. Quiero que por un momento dejéis a un lado que esta entrada es la más extraña que he escrito en todo este tiempo (Y mira que siempre he sido más rara que un perro verde), quiero que os dejéis llevar por esa sensación, por esa paz, por esa felicidad, por esa tranquilidad infinita que te invadía en ese momento. Quiero que me escuchéis, que me leáis más bien, con esa sensación en el pecho. Que después de leer mis letras cerréis esto, o continuéis leyendo, lo que más os apetezca; y mantengáis esa paz. Que la atrapéis por un ratito, que os invada esa magia.
Porque esa magia se acaba y nunca es suficiente las veces que las recordéis. Nunca es suficiente las veces en las que seáis felices, porque la vida muchas veces es como la típica historia de terror que no quieres vivir, porque la vida a veces es solo un escenario vacío en el que caminamos a oscuras interpretando un monólogo de pura tragedia que acaba con poco más que tu vida hecha añicos, desperdigada por la escena, mientras tú miras tus pezados y piensas: ¿Qué cojones ha pasado? ¿Yo no estaba vivo hace nada?
Porque la vida es lo que tú quieres que sea, porque un trozo de realidad asquerosa y oscura se puede convertir en toda esa paz. Porque la tristeza no es más que un conjunto de hormonas de mierda que nos consumen y que hacen dependiente a nuestro cerebro. Que nos hace adictos a ella, y prefiero ser adicta a la felicidad, a la paz. Prefiero vivir mi vida desde la perspectiva que yo elija y no la que me marquen.
Y no, no soy una de esas que lo ha tenido todo fácil y no tiene ni puta idea de lo que es pasarlo mal. Las he pasado muy putas, pero por eso os digo que prefiero despojarme de todo ese dolor. De todas esas pérdidas inevitables que han ido ocurriendo mientras vivía, mientras era una más de esa obra que se desarrollaba ante mí. Y yo no podía hacer nada, o al menos eso pensaba.
Me he cansado de estar sentada aquí, esperando a que los acontecimientos sucedieran a mi alrededor y yo no hacía nada. Me he cansado de ser tu marioneta y de que me duelan tus insultos y complejos absurdos. Me he cansado de tu cánon asesino y de tus asesinos. Me he cansado de ser víctima mientras tú eres el verdugo.
No voy a permitir que nadie vuelva a maltratar mi mente o mi cuerpo o mi alma. No permitiré que me destrocen de nuevo, como si no fuera esta escultura irremplazable que soy. Como si no fuera una más. No se qué cojones ha pasado por mi mente hoy, no se qué ha cambiado, tal vez lleva mucho tiempo haciéndolo, pero aquí estoy, y voy a seguir aquí.
Luchando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario