Vistas de página en total

viernes, 2 de octubre de 2015

Once Upon a Time.

Otra vez, como cada maldito momento de mi vida, vuelvo a sentirme así, vuelvo a tener en mi mente mil cosas que no deberían estar ahí, mil sentimientos que me ahogan con mis propias lágrimas, mientras mis músculos se estremecen y me duelen. Mientras mi cuerpo se queja, mientras me grita que siga adelante, joder, que aún queda mucho por delante y no, no puedo rendirme. No estaba en los planes, pero son parte de mi camino. Son parte de mi historia y parte de mí misma, parte de toda esta vida. La noche más oscura, justo antes de un nuevo amanecer que tal vez sea el más brillante de todos. Que tal vez nos dé ese toque de esperanza que necesitamos, ese algo que haga que todo por lo que estamos pasando merezca la pena. Porque son ya muchas penas a la espalda, y empiezan a pesar, empiezan a hacer mella en mi pequeña y asustada alma, en mí. Porque nadie nos dijo que fuera fácil, nadie nos contó lo que había que pasar en esta vida para alcanzar un estado más elevado, nadie nos contó que hay más allá. Simplemente nos lanzaron a la vida, sin libro de instrucciones, sin confianza, desnudos. Pues así es como nacemos, sin nada, y se nos va dando todo y quitándonoslo cuando parece demasiado fácil. Porque la vida es eso, es aprender que si algo es fácil, no durará demasiado tiempo, todo lo bueno se acaba y a veces antes de lo que tú te esperabas. Pero aquí estamos, luchando al pie del cañón, confiando ser la excepción que confirma la regla, confiando en que nosotros sí tendremos ese final feliz que tanto ansiamos, porque nosotros somos diferentes al resto. ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario