Se acerca, me da un beso en la mejilla mientras noto como las gotas caen por sus mejillas, como los ojos se le llenan de terror, como vacía ese miedo en forma de lágrimas.
-¿Qué te pasa, mi vida?- Digo con la voz aterrorizada por la expresión de la persona a la que más amo.
-Tengo miedo.- Dice ella entre sollozos.
-Miedo, ¿de qué?- Digo con los ojos incrédulos, con el miedo en las cuerdas vocales.
-Miedo de no cumplir las promesas que tanto te hago, miedo de despertar y que algo haya cambiado en mi, de no amarte un día de estos, miedo de levantarme y no ser yo. Miedo de perderte sin que llegues a ser realmente mío, miedo de no saber resucitar lo mucho que te amo, miedo. Miedo a que el futuro sea distinto.- Dice ella en un intento por explicarme algo que yo también siento, que yo tampoco entiendo.
-Miedo a no saber como seguir siendo la persona a la que amas.- Digo en su oído, y ella responde con un quejido.- No tengas miedo, aunque cambies siempre tendrás algo que me encantara: Que eres tú.- Digo mientras a ella se le escapa una sonrisa, de esas que sabes que todo va a ir bien.- Te amo, pequeñaja.-
-Te amo, bobo.- Susurra ella en mi oído.
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