Isabella había conseguido olvidar todo lo malo que su familia había hecho o dicho. No sentía ni rencor ni ira ni ninguno de los sentimientos horribles propios de los humanos. La "vida" ahora era más sencilla, sus sentimientos se limitaban a los felices y agradables. Sentía un amor aún mayor por Erick, que era el mejor de todos, por ello quería que fuera feliz en la vida, sin ella. Porque ella no iba a volver.
Erick llevaba varios días dándole vueltas a lo a¡ocurrido el seis de septiembre de dos mil tres, el día que su único amor verdadero falleció de una forma extraña y sin explicación razonable. La policía se había decidido a investigar y todas SUS PRUEBAS conducían a un desgraciado accidente. Él no opinaba lo mismo todo era demasiado confuso. Y no se equivocaba, las pruebas eran todas falsas.
Isabella decidió contarle lo que realmente había ocurrido para que Erick pudiera seguir adelante con su vida. Comenzó mandando señales suaves: Apagones de luz, subidas de volumen, mensajes en los espejos... Cosas sencillas.
Finalmente pudo contarle lo que había pasado: Su madre estaba con el mono de cocaína cuando su padre decidió "castigarla", comenzó a propinarle una paliza impresionante. Isabella se interpuso entre ellos para evitar que su padre pegara a su madre. Ella recibió la paliza y, como regalo, calló por las escaleras recibiendo un golpeen en el cráneo que desencadenó en un infarto cerebral que la mató. Su padre ocultó todo lo que le inculpaba y ganó. Erick no quiso obedecer a Isabella cuando esta le pidió que lo dejara pasar sin involucrarse. Él cogió por banda a aquel imbécil que había asesinado a Isabella y lo asesinó de la forma mas cruel que pudo, para vengar a su amada. También salió impune de todo, nunca se encontró el cadáver. Isabella siguió esperando a Erick en el Más Allá y Erick jamás pudo olvidar a Isabella y no rehizo su vida. Cuando llegó el momento de reencontrarse con Isabella fue feliz por fin.
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