Vistas de página en total

martes, 22 de enero de 2013

Indeterminaciones de La Vida

"¿Qué más dará que te ame, que te diga lo mucho que te echo de menos, que más da que no quiera soltar tu mano cuando la tengo, que no sepa hacer nada más que pensar en tus ojos, que la noche se convierta en día al recordar tu sonrisa, qué más da lo que yo pueda pensar si nos separan algunas diferencias de distancia, un poco de tiempo y algunas sonrisas enlatadas; si estás tan lejos que no puedo sentir tu sonrisa dulce sobre mi cuello tenso?"

Pues sí, si que me importa, sí que sigo sintiéndolo, sí que te quiero, cada día más que ayer pero menos que mañana. Te lo diré tantas veces que no sabrás contarlas, no habrá forma humana para hacerlo, se convertirá en una indeterminación matemática, algo que no se puede medir ni si quiera con palabras: El amor, ciego y sincero que siento hacia aquel que me hace sonreír solo con recordarlo, aquel que hace que luchar por mis sueños merezca la pena, aquel cuyo nombre le da una voz a mis latidos, aquel que sé que cuando lea esto me querrá matar, por pesada, pero que en el fondo sé que se morirá por besarme, igual que yo. Esa personita que me hace sentirme tan grande que no me lo merezco, esa persona que inspira mis palabras y me da ganas de decírselas todas en un solo momento, pero sé que las lágrimas ahogarían mi voz y prefiero que quede constancia, prefiero que haya algo que cada día recuerde cuánto lo amo.
Quedarme delante de esa sonrisa picarona que me observa desde allí, un poco más alto que mis sueños, sonreirte y culminar mordiéndome el labio, justo como a ti te gusta. Ver como sigues con la vista mis labios, ver como se encienden tus pupilas y besarte, bajo mi paraguas, como hice la otra noche. Llevarte a mi vida, sin más recuerdos que los que podamos crear, olvidando un pasado doloroso que ya he dejado atrás. Un pasado que por fin me deja dormir. Un pasado incierto acompañado de un presente certero y un futuro aún más incierto de lo que nosotros mismos imaginamos. Somos seres inciertos, sin saber cuánto tiempo nos queda en esta obra de teatro llamada vida, sin saber si podremos culminar todas estas expectativas que se posan sobre nosotros... Vivir cada día como si fuera el último, la utopía de todos en estos tiempos. Una mirada fría a un futuro cegador que solo deja por norma que sea nuevo, diferente al pasado y con una lucha constante cada día. "Por eso no me tiran si acaso me caigo." Como dice aquel corazón luchador.
Y sigo para adelante, con mi sonrisa contante, soñando con mi futuro incierto antes que el frío cegador y mortal amoratone mis labios.

Cuando todo esté reducido a cenizas,
no me busques, ya no estaré;
Hace demasiado tiempo que 
formo parte del viento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario