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domingo, 30 de septiembre de 2012

Creo que el Mundo Va Mejor.

El otro día caminaba por una callejuela secundaria, de vuelta a casa, cuando vi a un señor de unos sesenta años pidiendo en la calle, me sentí muy mal, porque en ese momento no llevaba dinero encima y no le pude dar nada.
De pronto veo a una niña, de unos cinco años, que le pide a su madre una moneda y, bajo la mirada atenta de su madre, su padre y su hermano, se acerca, con mucho miedo en la mirada, al señor y le deposita la moneda que le había pedido a su madre en el vaso y después sale corriendo hacía su madre. Les adelanto y me quedo escuchando su conversación:
-Hija, ¿Por qué has hecho eso?- Le pregunta la madre a la niñita de ojos azules y pelo medio rubio.
-Por que, si algún día no tenemos dinero para comprar comida, me gustaría que alguien hiciera eso por mi.-Dice la niñita refiriéndose al gesto increíble que acababa de realizar.
A mi casi se me saltan las lágrimas, me dieron ganas de girarme hacía aquellos padres y decirles: Seguid educando así a vuestros hijos, cuanta más gente como esta niña haya, mejor irá el mundo. Muchas gracias.
En serio, si esos padres están leyendo está líneas: Gracias. Esa niña es el detalle que me demuestra que la gente aún puede ser buena, que no solo hay maldad en las personas, que todavía queda gente como aquellos ojazos azules que es capaz de ver que, si alguien está mal, no siempre es su culpa y que muchas veces necesitamos ayuda de la gente que nos rodea, de las personas que nos quieren y, en el extremo más absoluto, de las personas que ni siquiera nos conocen. Esa niña es buena, es una niña excepcional, espero que las circunstancias no corrompan aquellos ojos ni aquel corazón puro, espero que la maldad del mundo quede tapada por todas las personas que son como esa niña. De verdad, podéis llamarme sensiblera, pero aquella niña se me ha quedado clavada en el corazón simplemente por ser capaz de olvidar todo su miedo para ayudar a aquel que lo necesita, por ser capaz de ver que ella también puede acabar siendo aquel hombre, por ser increíblemente madura con solo cinco añitos. De verdad que me emocioné, intenté que las lágrimas no rebosaran mis ojos, pero ahí estaban acechando tras ver la bondad de primera mano. Me sentí increíblemente agradecida con aquella niña y aquellos padre que, al fin y al cabo, han sido el ejemplo de esa niña y los responsables de que haya salido una persona tan increíble en un mundo tan despreciable. Gracias por ser así. Pequeña, si algún día lees esto, gracias por demostrarme que el mundo no es horrible y que siempre quedarán niñas increíbles como tú que me saquen las lágrimas de alegría de mis ojos.
Y a todos los que estáis leyendo esto: Espero que toméis ejemplo de aquella niña, yo ya lo he hecho: AL día siguiente pasé por esa calle de nuevo y deposité una moneda en el vaso de aquel señor. ¿Quién sabe? Igual le he cambiado la vida o igual he conseguido cambiar el mundo. Con nuestros gestos podemos decidir que es lo que queremos ser y hacer que el resto del mundo sea diferente a como es, espero que siempre cambiemos a mejor. Gracias.

2 comentarios:

  1. Es verdad, a veces parece que hay esperanza de que las cosas vayan a cambiar...
    Pero no sé, será que yo no estoy tan optimista como tú... Ojalá yo también conozca a esa niña.
    Un beso.

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    1. La verdad es que esa niña me dejó pasmada, vi en ella algo que no veía en mucho tiempo: Bondad... Me emocioné, fue un acto tan... Increíble! Gracias por todo Isi, agradece lo que te trae la vida y la vida cambiará sola ;) Un besazo muy grande!!!

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