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miércoles, 29 de abril de 2020

...Y por fin llega el Alba.

Están siendo unos días malos, de los de dolor en todo el cuerpo y cansancio sucio y pesado. De esos días en los que no quiero salir de la cama, porque es el único sitio donde me siento a gusto. Me duele cada musculo de mi cuerpo pero también me duele la cabeza y detrás de los ojos, no es algo únicamente muscular. También me duele el cuello, como un dolor seco y que agarrata mis vértebras hasta que cada movimiento se acompaña de un crujido.
Todo este dolor se hace apabullante, ayer casi ni dormí porque el dolor era insoportable y hoy, aunque me encuentro mejor (al menos lo suficiente para escribir) no me siento descansada ni tengo sueño. ¿Otra vez me ha visitado el insomnio? Supongo que sí, como si las horas que estoy despierta no pensara suficiente en todo el miedo, me paso más horas despierta tropezando con los mismos pensamientos.
¿De qué tengo miedo? Siempre he tenido miedo a la muerte, es uno de mis mayores miedos, uno de los más aterradores hasta el punto de que me causa ansiedad solamente pensar en ello. Me da miedo la muerte y ahora está por todos lados: en la televisión, en Internet, en todas las conversaciones y, por supuesto, en mi insomnio.
Anoche, a eso de las 5 de la madrugada, desesperada por dormirme mientras notaba que la cabeza me dolía tanto que me iba a explotar, solo pensaba que si iba al hospital y me contagiaba, me iban a dejar morir. Se está haciendo demasiado, por mucho que no queramos verlo, por mucho que se haga con toda la buena intención del mundo, se nos está dejando morir a quienes no estamos "sanas" de antes y tenemos menos posibilidades de vivir. Y eso me aterra.
Llevo 45 días aquí encerrada, en esta casa, sin salir a absolutamente nada a la calle, porque tengo miedo. Podría ir a comprar, incluso se me permite pasear por mi discapacidad, pero me aterra salir a la calle. ¿Cómo será cuando tenga que volver a la normalidad de verdad sin opciones? Porque ahora tengo la suerte de tener a mi pareja para que haga la compra o salga cuando es necesario, pero ¿cuándo tenga que volver a la vida normal? 
Y me vuelvo a meter en ese bucle de ansiedad de pensar en cosas que no sé, que no van a pasar y que si pasan tienen solución. Todo por mi miedo patológico a morir, todo por mi terror a no saber qué pasa después porque ¿y si no hay nada? Y otra pregunta absurda qué se escapa de mi control y que es absurdo hacerme, porque solo me duele. Son las 6 de la mañana, y otra noche entera no haciendo nada, con dolor aunque menos y con la mente más o menos en calma. La única manera de no pensar, es encontrar algo que me distraiga, y por eso estoy aquí otra vez: Escribiéndole a la nada. 
Otra noche despierta hasta que llega el alba, y mi cuerpo se rinde a la calma. 

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