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miércoles, 11 de julio de 2012

Irene...

Empujó a Joan contra la pared para librase de la prisión que este había construido con su cuerpo, pero él la agarró del brazo, en es instante se miraron fijamente a los ojos y Joan trató de abrazar a Irene, pero ella lo apartó con un mal gesto de su lado.
-¿Por qué me odias tanto?- Dijo Joan con un brillo de tristeza en sus ojos marrón oscuro.
-¿Por qué? ¿Quieres que te explique por qué?- Dijo Irene con una ira muy fuerte notable en su voz.
-Me gustaría que me lo aclararas.-Dijo Joan con aire calmado pero tenso al mismo tiempo.
- Porque me gusta tu sonrisa, porque me gusta tus ojos, porque me gusta como me miran tus ojos, porque me gusta tu pelo siempre despeinado, porque me gusta tu forma de reírte con cualquier tontería, porque me gusta tu forma de arreglar mi tristeza con un abrazo, porque me gustan tus abrazos, porque me gusta tu voz, porque me gusta como me hablas, porque me gusta tus silencio cuando esperas que ocurra algo, porque me gusta como me iluminas los días,- Fue diciendo poco a poco Irene y comenzó a llorar.-Porque me gustan tus arruguitas de la frente, porque me gusta que me apoyes en todo, porque me gusta como respiras... Porque me gustas tú. Idiota.-Dijo Irene con el rostro encharcado. Joan se acercó lentamente al rostro de la muchacha hasta acariciar su nariz con su propia nariz y la besó, un beso suave que dijo todo lo que no era capaz de decir con su voz. Se esfumó toda la ira que Irene sentía contra Joan y se convirtió en la bruma que había estado ocultando y que, hace unos segundos, había desbordado sus ojos en forma de lágrimas... Le parecía increíble que Joan también la amaba y fueron felices... Lo que les duró el amor, que se acabó de tanto maltratarlo.

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