Vistas de página en total

jueves, 24 de febrero de 2022

Cuando el tacto duele

Mi piel no es mía, no me recubre las heridas.
No se siente como mía, se siente ajena
como un trozo de cuero inerte que me viste.

La siento extraña, porque no concibo que me duela.
No concibo que las caricias, esas que tanto anelas,
me duelan en mi piel, se sientan agresión al contacto.

Y esto no es algo nuevo, cada cierto tiempo ocurre,
algo satura mis sentidos y simplemente duele.
No importa que sea él quién me toca,
no importa que sea una caricia de una mano amiga.
La piel se queja ante el contacto sin motivo
y yo pregunto sin hallar una respuesta.
Porque no la hay, al menos no que yo sepa.

Pero la pregunta sigue estando ahí, ¿Qué me pasa?
¿Será otro nervio de mi cuerpo muriendo en agonía?
¿Será mi cerebro avisándome de la catástrofe que se avecina?
¿Será simplemente una sobreestimulación por mi funcionamiento disidente?
El silencio como respuesta. El miedo a caer.

jueves, 10 de febrero de 2022

Quizá en otra vida.

Me encuentro en la cama pensando,
intentando negarme que es en ti.
Analizando despacio lo que siento
y queriendo simplemente huir.
No sé si esto que desvoca mi corazón
es real o de nuevo me intento mentir.
Estando en soledad te pienso
y a oscuras solo me sale sonreír.

Pero entonces vuelvo a decirme
que no es nada, que solo es un sentir
inocente y sin más intenciones
que acompañarte y ser parte de ti.
Que es atracción física, nada más.
Que no estoy soñando con tenerte aquí,
con llevarte de cita a cualquier parte
y mientras posas hacerte sonreír.

Que no estoy pensando en quererte
porque aceptarlo sería aterrador para mí.
Porque no quiero perder lo que tengo
y que otra vez alguien que quiero escape así.
Porque me siento insuficiente para todas,
y es imposible que no para ti.
Porque ya sé que no sientes lo mismo,
o eso recuerdo oírte decir.

Y se me corta el aliento con ganas de llorar
de solo recordar lo que una vez fui.
Recuerdos traumáticos vuelven a atormentarme
mientras yo me quedo inmóvil aquí.
Solo quiero volver a sentirme fuerte y segura,
volver a enamorarme y dejarme sentir,
no cohartar mi desvocado corazón por el miedo
a otra vez volverme a perder en algo que sentí.

Quiero un amor que no me dé miedo,
uno que segura me haga sentir,
que no me destroce cada noche pensando
en todo aquello que no debí decir.
Uno que me quiera libre y fuerte,
que no corte mis alas y me diga que sí.
Quiero volverme a ver bonita e ilusionada
y mi tiempo contigo compartir.

domingo, 6 de febrero de 2022

Me ahogo

Es curioso como sigo pensando que algún día vendrás a pedirme perdón. Que te darás cuenta de que fuiste una mierda de persona y vendrás a buscarme. Pero al mismo tiempo soy consciente de que eso no va a ocurrir. Que te sobraba en tu vida y que precisamente por eso te fuiste. Que mis sentimientos y dejarme hecha una mierda, fue un daño colateral de tu huida hacia delante. No, no es justo que sigas ocupando mi mente de vez en cuando y duela.
Y tampoco es justo que me hayas dejado tan rota que ahora no sepa si lo que siento es amor, atracción o solo cariño. Que no es justo que me hicieras pasar por todo eso y que no haya importado. Nadie te ha dicho que lo hiciste mal. Nadie te ha recriminado lo que me hiciste, solo yo estoy aquí a las tantas de la mañana pensando otra puta vez en ti. En todo lo que podríamos haber sido y destruiste. En todo lo que yo soy por tu culpa. En todas las cosas horribles que me digo por tu culpa.
Quiero volver a tener ilusión por algo, volver a buscar una relación en la que me sienta cómoda y feliz. Un espacio seguro con él y con otra persona que quiera ocupar ese espacio en mi vida. Quiero volver a tener ganas de hacer cosas y no pasarme las semanas en piloto automático mientras sobrevivo.
Me han destruido muchas veces, pero tú doliste de forma especial porque me prometiste que no ibas a hacerlo. Me dijiste que por encima de todo eras mi amiga y que no ibas a hacerme daño conscientemente. Y rompiste una a una todas tus promesas porque te daba igual lo que dolieras. Te da igual mientras puedas usarlo para victimizarte y no cambiar ni un ápice de las cosas que haces mal y que hacen daño. Y estoy harta de acordarme tanto de ti, de que aún haya cosas que me recuerdan a ti, que todavía te eche de menos. No te lo mereces.
Después de todo lo que me hiciste, no te mereces dolerme así aún. No te mereces ocupar mis energías con tus recuerdos. No te mereces estar en mi cabeza a las tantas de la madrugada porque echo de menos pasar las noches hablando contigo. No es justo, pero la vida nunca ha sido justa conmigo.