Vistas de página en total

martes, 24 de septiembre de 2013

Muerte Lenta

E incluso con miles de razones para morir decidió la vida, 
porque ella era mayor castigo que la muerte pura.
Por todo el dolor causado.
¿Para qué morir pudiendo estar muerto en vida?
¿Para qué desaparecer cuando ya a nadie parece que le importas?
vive la vida que te toca, tal vez descubras que no es tan loca.


Quedarte en silencio, viendo pasar toda una vida de recuerdos,
viendo cómo desapareces poco a poco de este mundo constituido de sucesos.
Replantearte muchas cosas, mucha incertidumbre rota. 
¿Te sientes capaz de todo? Pues déjame decirte que no lo eres.
Déjame ahorrarte tantas decepciones, tanto sufrimiento humano.
Déjame hacerte feliz, déjame llorando.

Recorreré tu cuerpo devastado por el tiempo, lo curaré con miles de...
Besos.

Quizá no sepas verlo, pero el tiempo está aquí,
está ocurriendo en este preciso momento,
está presente en cada uno de nuestros recuerdos.
Silencioso, calmado, inquieto.
Quédate en silencio, ¿Oyes eso? ¿Oyes mi corazón desbocado
por el viento?

Despierta de este sueño: La vida no es perfecta,
tú no tienes por qué serlo.
Eres perfecta en el mismo momento en el que te das cuenta
de que el miedo ya no te afecta, en que te acuestas
y piensas que tu vida es perfecta.
Deja de torturarte, pequeña muñeca

Sabes que vales más que el miedo que te atrae hacia la muerte,

sabes que el miedo cada vez es más potente.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Sola, Pero no Mal Acompañada.

Nos hemos quedado solos, tú y yo.
Como todas las noches.
Acompañados de nuestras sonrisas cómplices.
Acompañados de nuestros demonios,
fríos, constantes, intransigentes, que no se van,
leyes de mi vida que jamás cambiarán, 
pequeños hechos aislados que se pierden 
entre tus finos brazos.

Que se quedan aquí, haciéndome sentir
que no vale la pena vivir.
Pero tus demonios contrarrestan a los míos,
los funden en un suspiro, 
Los pierden entre el bullicio, entre
el miedo de los caminantes, 
los cambian por besos contantes, por
abrazos de esos que solo tú sabes darme.

Hacen que me sienta segura, que deje
de tener miedo a en la negrura de
la noche tenúe, en el miedo cortante
del frío viento constante.
Sabes cómo hacerme sonreír y 
lo haces. Conviertes mi miedo
en algo que no sé qué es,
en algo que creo que es... ¿Valor? 
Tal vez. No sé, solo sé que tú estás aquí.

Aunque el Camino Fue Duro.

Y no lo olvidó, joder, será que fuiste demasiado importante. Que te fuiste demasiado pronto, o demasiado tarde, no sé. Solo sé que ahora estoy mejor sin ti, pero que me gustaría que me vieras, poder demostrar que puedo hacerlo, que no estaba atada de pies y manos cuando te fuiste. Aunque creo que hubo un momento en el que lo estuve. Me dejaste sola, sin nadie que comprendiera de mi ni la mitad de lo que tú  te habías empeñado en comprender, te marchaste un tarde soledad. 
Soleada quiero decir. 
El caso es que me quedé plantada durante horas en la puerta de tu casa, intentado cambiar lo que pasaba, procurando que todo fuera como creía que tenía que ser. Y de vez en cuando me acuerdo de ti, quizás más de lo que me gustaría a mi. Pero me he vuelto aún más fuerte con el paso de los años. Ya hace tres que te fuiste, tres años que se me parecen realmente eternos, pero ahora, justo ahora, en este preciso instante. Creo que no me importa, que sé que tú no eras lo que necesitaba, que fuiste algo pasajero que no quiso quedarse en mi vida, perdiste a una persona que de verdad te quería por quedarte con un montón de máscaras vacías que pecan de falsedad y envidia.
Me he preguntado muchas veces si tú te acordarás de mi, si alguna vez me echaste de menos, si alguna vez te arrepentiste de echarme de tu vida sin ni siquiera explicar el por qué. Muchas noches me he quedado despierta preguntándome si alguien ha sabido ocupar mi lugar, aunque tienes que admitir que dejé el listón demasiado alto (No soy arrogante, pero en este caso es así) Yo estuve en las malas y en las peores, no me separé de ti cuando necesitabas que te ayudara y tampoco cuando disfrutabas de lo que te brindaba la vida... Y solo recuerdo unas lágrimas por parte tuya, fueron cinco años y solo una vez lloraste, una. No me creo que estuvieras tan bien. ¿Tanta suerte tenías? ¿De verdad que no tenías ganas de acabar con todo? Me parece que tuviste una suerte impresionante.
Veo nuestras fotos y no me atrevo a borrarlas, pienso que pareceré una estúpida si lo hago, no sé. ¿Por qué borrarte de mi vida si algún día fuiste mi vida? No sé, tal vez soy simplemente gilipollas. 
Pero ahora soy feliz, me encanta que las cosas cambiaran.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Me Encuentro, Pero No Soy Yo.

Me encuentro sola, me despierto en la noche,
solo siento soledad, me quedo quieta
en la mismísima oscuridad. 
Siento miedo, 
miedo de perderme de nuevo.

De sentir eso, otra vez, de volver 
a los días llorando en mi habitación... 
Y entonces recuerdo, me doy cuenta 
de que mis sueños se han abierto ante mí, 
que por fin puedo ser feliz, 
por fin las cosas son más fáciles, 
no más cicatrices.

Y por fin no demuestro mi miedo. 
Aunque lo siga sintiendo, 
por fin no es como si no pudiera 
esconderme de él, ya no es cómo 
si siempre me encontrara en mis pesadillas 
y me mostrara que no tengo escapatoria, 
que él siempre va a estar. 

De repente me duermo, me sumo en el silencio,
me pierdo entre estruendos, entre miles de recuerdos.
Me quedo quieta un momento, en un recuerdo concreto.
Aparto la mirada, justo en el momento en el que ella
se queda allí sentada, en el suelo. En el momento
en el que perdí todo mi consuelo.

En ese preciso instante, en el que me volví tan distante.
En el que perdí todo lo que tenía,
me despierto sobresaltada, golpeando mi almohada.
Desperdiciando mi aire en llantos sin nombre,
desperdiciando mi vida por encontrar una cosa.
-Una ínfima oportunidad de vengarme.-

Ángeles.

Esta historieta no es mía, pero la vi y me gustó tanto que he querido compartirla con quien sea que me lea, espero que os guste tanto como a mi.

Niño: ¿Es usted un ángel?
Yo: ¿Qué?
Niño: Mi madre me dijo que los que tienen las muñecas marcadas son ángeles.
Yo: Pues no soy un ángel.
Niño: Claro que sí. Mamá dijo que sólo los ángeles se hacen daño, porque no les gusta la vida en la tierra. El mundo los está destruyendo, y quieren regresar al cielo. Son muy sensibles al dolor de los demás, y al suyo mismo.
Yo: Entonces ya sabes que tu madre es muy sabia.
Niño: Gracias. Ella también es un ángel ¿sabes? Pero ya ha regresado a casa.