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martes, 26 de enero de 2016

Pequeña Psicópata.

Me quedo mirando como mana de una grieta ese líquido carmesí, de nuevo, como moja con su calidez mis manos y me llena de miedo y alivio.
Me siento en la cama, con la mirada puesta en esa sangre que sale a borbotones y entonces acuden a mí algunas palabras que no debieron agradarme y sin embargo me parecieron las mejores. Que hacía demasiado que no me decían algo así y lo echaba de menos.
A pesar de que mi otra parte no le gusten aquellas palabras.
Que todo lo que tengo es un recuerdo y el deseo de encontrar mi verdad y mi forma original. La sinceridad de mi energía brotando de mis heridas y esa sonrisa plana que es imposible que seas capaz de analizar más allá de lo que quieres que sea. Pero no lo es. No es un espejismo de tu cabeza, soy más peligrosa de lo que parece y sin embargo no me temes. Sin embargo sigues jugando al gato y al ratón sin saber que el gato soy yo.
Aunque prefiero que me llamen serpiente.

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