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miércoles, 11 de abril de 2012

Receta para Ser Feliz

Áriel despertó con pocas ganas de levantarse de la cama, ¿para qué? Nadie la esperaba fuera del mundo de sus sueños. Era mucho mejor seguir soñando, seguir fantaseando, seguir en un mundo en el que el dolor era superfluo. Era mucho mejor no pensar en que sus padres ya no estaban, que su amado no sabía ni que existía y que sus amigos preferían centrarse en otras cosas. Nada la levantaba ese día de la cama... Al menos que apareciera por allí Luck, no se pensaba levantar.
Comenzó a pensar en el día en el que nada le había detenido para decirle a Luck todo lo que pensaba, que era un idiota por no seguir con su vida de forma normal aunque la chica a la que amaba pasaba de él. Entonces la historia cambio en su mente dejando que Áriel se relajara y se sintiera más feliz que hace unos minutos." En ese instante Áriel y Luck comenzaron a discutir:
-Es que no entiendo que te impide seguir con tu vida, ella pasa de ti, lo mejor que puedes hacer es luchar por olvidar y ser feliz con alguien que te quiera.- Dijo la muchacha con lágrimas en los ojos e intentando que él se diera cuenta de lo que sentía por ese muchacho.
-No puedo, cada vez que la veo se me hace un nudo en la garganta y no sé como decirle ni una sola palabra...- Dijo el muchacho con un hilillo de voz, un brillo de tristeza se vislumbró en sus ojos y Áriel intentó irse. Entonces Luck la cogió del brazo y la acercó a él, al principió Áriel intentó huir de sus brazos pero, cada vez que el rostro de Luck se acercaba al suyo, ella se relajaba y dejaba que las manos de Luck tocaran su piel dulcemente. Finalmente sus labios se fundieron en un beso, sin separare hasta que les faltó el aire."
En ese instante un escalofrío recorrió el cuerpo de Áriel mientras esta decidía salir de la cama. Igual que ella le había dicho a Luck que siguiera con su vida, no podía quedarse en la cama fantaseando con cosas que nunca ocurrirían... No con él, no ahora, no en ese instante tan perfecto que parecía de película.
Cogió la camiseta que Luck le había regalado, sin poder evitar olerla para localizar el olor de aquel muchacho. Encontró ese ansiado olor y se la puso, después se puso unos baqueros y continuó arreglando se para luego encontrarse en un banco del parque, sola, sin nadie ni nada que hacer. Pensando sin más.
Oyó unos pasos detrás de ella y no pudo evitar que su curiosidad hiciera que girara la cabeza y mirara quien venía hacia donde ella estaba. Luck, se acercaba con los ojos llenos de lágrimas y la mirada centrada en Áriel. Se sentó en el mismo banco en el que estaba Áriel y la cogió de la mano, todo esto sin que ella pudiera evitarlo. Se había quedado absorta mirando los ojos rojos del muchacho y preguntándose el porqué del enrojecimiento de estos. Pero el primero en hablar fue Luck:
-¿Qué haces aquí, tan solita y con este frío? ¡Estas tiritando!- Dijo el muchacho y ella intentó parar sus músculos para fingir que no sentía frío. No logró nada, Luck le donó su chaqueta y pareció que su cuerpo se relajaba. Él se acercó un poco más a la muchacha y ella se incomodó al pensar lo que minutos antes había pensado en la cama. Pero él la cogió del rostro y la besó, haciendo que esta se extrañara de lo que acababa de ocurrir entre ellos. Cuando se separaron, Áriel, le preguntó por lo que acababa de hacer:
- ¿Y esto?- Dijo la muchacha a media voz y sin poder evitar esbozar un sonrisa.
-Lo siento, pero necesitaba hacerlo, me he dado cuenta de lo mucho que significas para mi. Te quiero y quiero que me quieras, si no es así seguiré con mi vida. Como tú siempre me has dicho. Y...- En ese momento Áriel interrumpió la conversación y volvió a besar los labios con los que tantas noches había soñado y que la hacían tan feliz.

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