Ruth se despertó en un manantial de aguas cristalinas en el que se podían vislumbrar pequeños peces de colores. Se quedó absorta observándolos nadar y relacionarse, hasta que escuchó una voz masculina llamándola a su espalda. Al girarse no vio a nadie, pensó que eran imaginaciones suyas pero, cuando fue a sentarse junto a la orilla del estanque, la voz insistió en su llamada. Ruth se asustó y comenzó a preguntar quién era él que hablaba, qué quería y dónde estaba. La voz no respondió a Ruth, solo dijo:
-Mira dentro del manantial y encontrarás el camino que debes seguir para encontrar la felicidad que tanto ansías.
Ruth se asustó pero obedeció a la voz y, dentro del estanque,solo vio la imagen de una casa en el bosque, grande y preciosa. Después de esto se desmayó y despertó en su cuarto. Creyó que todo había sido un sueño y procuró seguir con su vida si recordar aquel extraño y realista sueño del hada invisible, como la llamaba ella.
Quedó con Angel y le contó su sueño, él no comentó nada, simplemente siguió acompañandola a su casa. Día tras día le acompañaba a su casa, aquel día llegaron a la casa de Ruth, se miraron intensamente a los ojos y se despidieron.
Al día siguente, Angel, la invitó a su casa, porque sus padres se iban de viaje y quería estar con Ruth. Ruth aceptó y quedaron a las 16:30 en la puerta de la casa de Ruth, porque la casa de Angel estaba lejos. Ruth preparó una gran bolsa como para pasar un mes y cuando Angel la vio sonrió pensando en que tendría que subir eso hasta un 2º piso. Cuando llegaron a la casa, Ruth, observó que era la de la misma que en la de su sueño. Fueron muy felices, aquel fin de semana comenzó algo que no acabaría nunca.
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