domingo, 22 de octubre de 2023

Dolor y ansiedad

Otra noche en vela tratando de organizar mi cabeza y que deje de torturarme sin sentido. Todo va bien y mi cabeza solo hace que boicotearme para que piense que va mal. Para que me agobie sin motivo y esté aquí, agotada y dolorida, pero sin poder dormir. Inmóvil. Sin poder si quiera hacerme el skincare para centrar mi cabeza en mí un ratito. Sin poder ducharme porque el dolor es apabullante y no me quedan fuerzas. Y sé que me sostengo gracias a las manos que me acompañan y me hacen la vida más fácil. Pero hay días que es todo demasiado, que no me soporto a mí misma y no soporto pensar que todo va mal cuando no tengo motivos. Cuando la parte racional de mi cabeza me grita que no tiene sentido. Que no tengo sentido.

Y ella me sonríe, y me calma un poco esta ansiedad desbocada. Y él me abraza y me detengo a acariciar su pijama suavecito. Y entonces por un momento todo está en calma. Nada importa si les tengo conmigo, son la roca que me ancla a mí realidad y no permite a mi cabeza divagar sobre cosas que no han ocurrido (ni ocurrirán). O sobre cosas que pasaron hace mucho tiempo y que hoy ya no importan. Repasar cada "fallo" de mi vida es una tortura. Y sólo consigo parar cuando estoy en mi pequeño oasis, en mi hogar. Cuando simplemente me dejo cuidar y no me boicoteo.
Pero esta noche se me hace cuesta arriba no boicotearme, no odiarme, no pensar que todo lo hago mal. Que soy una inútil y que es imposible que me quieran. Aunque la realidad esté delante de mis ojos y nada me diga que se vayan a alejar de mí. Da igual, esta noche la ansiedad puede con la parte racional y yo solo quiero dormir con ella mientras me abraza dormida y escucho como respira acatarrada. Quiero oler su aroma y no pensar en todos los recuerdos que me juzgan. Quiero descansar a su lado, dejando que sea mi toma a tierra, pero hoy simplemente es complicado.

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