Y ella me sonríe, y me calma un poco esta ansiedad desbocada. Y él me abraza y me detengo a acariciar su pijama suavecito. Y entonces por un momento todo está en calma. Nada importa si les tengo conmigo, son la roca que me ancla a mí realidad y no permite a mi cabeza divagar sobre cosas que no han ocurrido (ni ocurrirán). O sobre cosas que pasaron hace mucho tiempo y que hoy ya no importan. Repasar cada "fallo" de mi vida es una tortura. Y sólo consigo parar cuando estoy en mi pequeño oasis, en mi hogar. Cuando simplemente me dejo cuidar y no me boicoteo.
Pero esta noche se me hace cuesta arriba no boicotearme, no odiarme, no pensar que todo lo hago mal. Que soy una inútil y que es imposible que me quieran. Aunque la realidad esté delante de mis ojos y nada me diga que se vayan a alejar de mí. Da igual, esta noche la ansiedad puede con la parte racional y yo solo quiero dormir con ella mientras me abraza dormida y escucho como respira acatarrada. Quiero oler su aroma y no pensar en todos los recuerdos que me juzgan. Quiero descansar a su lado, dejando que sea mi toma a tierra, pero hoy simplemente es complicado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario